Maximiza la eficacia defensiva con Carrillo
La falta de calidad justifica la sequía de goles a favor de los rojiblancos

Una jugada del partido.
Sigo pensando que el gran pecado de este Almería es no haber sabido completar una plantilla equilibrada, es decir, de intentar taparse con una sábana muy corta, insuficiente para cubrir todo el cuerpo. Para poder conseguirlo será necesario añadir el trozo de tela que le falta que debe de estar formado por un tejido de calidad, no exento de resistencia, con el que se pueda abrigar el equipo desde los pies al cuello y convierta al once almeriense en un conjunto equilibrado. Sergi Barjuan trató de resguardarse la parte superior del cuerpo y lo consiguió porque su equipo hacia goles con cierta facilidad, siete en las tres primeras jornadas.
Pero a cambio dejó al descubierto los pies, lo que le supuso encajar 6 tantos en la mejor racha de resultados de toda la temporada. No se quiso ver que las carencias estaban en el vestuario y no en el trabajo del técnico, pero los malos resultados se llevaron por delante primero a Sergi y luego a Rivera. Carrillo llegó con una mentalidad diferente, quería que su equipo tuviera los pies calientes y lo ha logrado plenamente ya que en los cinco encuentros que ha dirigido el Almería sólo ha recibido tres goles. Su mérito ha sido haber sabido dotar a sus futbolistas del espíritu de sacrificio, solidaridad y ayuda, que necesitaba para proteger a Casto. Un medio centro siempre vigilante a las llegadas de los jugadores de segunda línea del rival, dos exteriores pendientes de ayudar a los laterales.
Un central en la marca del ariete rival y otro pendiente de apagar los incendios que se puedan provocar en la zona de peligro.
Bien situado, escalonado, con las lineas siempre juntas y bien coordinadas en la presión han convertido a un Almería insolvente en defensa en uno de los mejor blindados. Naturalmente que, como no ha llegado más tejido para la sábana, ahora se ha quedado con el tronco superior al aire, lo que quiere decir que le cuesta un mundo y más hacer un gol.
El desgaste que acarrea el trabajo defensivo del equipo merma sus facultades a la hora de atacar. Si unimos la falta de calidad y de jugadores capaces de romper en el uno contra uno o filtrar pases a las espaldas de las defensas, tendremos las razones por las que el gol se ha convertido en un artículo de lujo para los abonados del Almería.