En El Ejido ante Canarias se inició la leyenda
Cosme Prenafeta era todo un director de orquesta en una plantilla con Axel Mondi

La primera Copa del Rey en manos de Braulio Medel en 1995.
Todo comenzó en el pabellón de deportes de El Ejido. El Unicaja se llevó la fase final de la Copa del Rey a su territorio y desde el club se hizo todo lo posible para que no se escapara. Se daban la mano dos aficiones hermanas y en la tierra de Giménez Callejón, el mejor árbitro de voleibol de todos los tiempos, se obró lo que parecía un milagro deportivo.
Unicaja llegaba desde abajo con una plantilla donde el acento almeriense se imponía y contaba con la dirección de orquesta de Cosme Prenafeta en su plenitud y un Axel Mondi que era el rey de la rotación. Talento e ilusión.
Giménez Callejón
En aquel voleibol de los noventa había en Almería un árbitro que acudía a Olimpiadas y Campeonatos del Mundo. Gabriel Giménez Callejón era el estandarte del voleibol y abría el camino para un Unicaja Almería que empezaba a crecer entre los grandes. Para el considerado por todos mejor árbitro español de todos los tiempos, y hoy director del IMD de El Ejido, aquella final fue lo más grande y el premio a unos años de sacrificio.
Si el nombre de El Ejido estaba grabado a fuego en el estamento arbitral, gracias a una gran cosecha de jugadores diseñados por Moisés Ruiz, se producía el no va más para Giménez Callejón al ver al equipo representativo de Almería levantar la Copa del Rey en una final que terminó con el concluyente 3 a 0 para los ahorradores frente a toda una potencia que parecía inalcanzable para Unicaja.
Pascual Saurin e Ivo Lazarov por cuatro, Juanjo Salvador y Jesús Sánchez Jover al centro, Rafa Pascual de opuesto y Cosme Prenafeta de colocador formaban una rotación para la historia.
Toda España lo vio
El partido se disputó a mediodía del domingo. La televisión fue testigo directo de lo que sucedía en un pabellón nuevo y coqueto que cubría todos sus asientos. Era favorito Gran Canaria pero Unicaja no estaba solo. Era el gran reto de Axel Mondi que tenía plenos poderes del presidente, Juan Docio, para vencer.
Aquel partido marcó el inicio de una leyenda. El más pequeño de todos, Cosme Prenafeta, lideró el juego ahorrador hacia una victoria que lanzó a la pista a los aficionados para fundirse en un abrazo con sus campeones. Unicaja Almería ganaba su primer gran título en El Ejido. Aquí empezó todo.