Ha habido que esperar al mes de abril, cuando la competición liguera ha entrado en su recta final, para que los fieles seguidores del Almería pudieran disfrutar presenciando un encuentro de su equipo en el Estadio Mediterráneo. El Almería se Sergi Barjuan anda metido de lleno en un guerra de nueve batallas, en las que su margen de error es mínimo.
De la primera de ellas salió derrotado, pero la buena disposición de sus soldados en el siempre complicado escenario del Camp Nou y su actitud hicieron que esta derrota, asumible, reforzara la moral de la tropa y de todos los almerienses.

Mejoría La confirmación de la mejora del equipo no ha tardado en llegar y a las primeras de cambio el nuevo Almería no sólo sale vencedor de la batalla sino que lo hace ante un rival directo y con exquisita brillantez. El primer cuarto se jugó bajo la amenaza de lo acontecido en los cinco primeros minutos en los que unos y otros pudieron marcar. En el segundo cuarto el Almería comenzó a tener el partido bajo su control, pero se mostraba incapaz de ordenar sus ideas de tres cuartos de campo hacia adelante. En el tramo final de este primer periodo aumentó la audacia y la eficacia de los locales al mismo tiempo que los visitantes de acobardaban y comenzaron a llover las ocasiones sobre el portal de Roberto.

Detalles Espinosa, Wellington y Ximo la tuvieron , pero hubo que esperar al último suspiro para que Thomas hiciera que el electrónico favoreciera al equipo con más mérito. Con el Granada de Abel forzado a exponer, el Almería de Sergi Barjuan impuso la calidad y la rapidez de sus jugadores de medio campo hacia adelante para hacer dos goles más y conseguir un gran triunfo que abre de par en par las puertas a la esperanza para conseguir al final la permanencia en Primera.