Ver un entrenamiento del Almería hace quince días no tiene nada que ver con el de este miércoles. La tensión y la sensación de verse en descenso, sin ganar en casa y dejando una mala imagen en Cornellá-El Prat provocaron un bloqueo total en el vestuario. Fue solucionándose con la sufrida victoria contra el Getafe en el Mediterráneo, poniendo fin a nueve meses de sequía. El vaso estaba medio lleno, y para colmarlo, nada mejor que la remontada en Córdoba. Fue en El Arcángel donde los jugadores, de un plumazo, dejaron atrás los fantasmas y encadenaron dos triunfos consecutivos en Liga. El entrenamiento de este miércoles fue a puerta cerrada en el Estadio Mediterráneo, mientras que este jueves será en el Anexo.