La paciencia venció a la temeridad
El descomunal esfuerzo realizado en la primera mitad pasó factura en la segunda al Almería

El once del Almería ante el Rayo.
Un dicho popular asegura que no por mucho madrugar amanece más temprano, aplicado al mundo del fútbol se traduce en que no por jugar con muchos delanteros un equipo es más ofensivo. La alineación con la que el Almería saltó a disputar su partido frente al Rayo Vallecano fue la antítesis de la que se trajo un punto de oro de Granada. Fran Vélez retrasó su posición, Soriano se quedó en el banquillo y arriba toda la artillería pesada. Una propuesta arriesgada para un equipo calificado de muy modesto por todos, incluso por su entrenador.
Protagonistas Durante la primera mitad el Almería llegó más, le robó el balón al Rayo en el centro del campo y dio la sensación de que estaba en el buen camino. Protagonizaron espectaculares penetraciones por banda y algunas ocasiones, no demasiadas, que Jonathan se encargo de desperdiciar o que sus compañeros no supieron aprovechar.
Defensivamente el equipo local no dio sensación de debilidad, fundamentalmente porque los teóricos atacantes como Zongo, Wellington y Hemed se volvieron locos corriendo para robar la pelota a los rayistas. Ante este panorama el Rayo Vallecano se limitó a tener las lineas muy juntas, defender con orden y esperar su oportunidad.
Si las acciones ofensivas del cuadro madrileño no llegaron a más fue por dos intervenciones magistrales de Fran Vélez interceptando otros tantos servicios envenenados del rival. Un dato para la reflexión sobre la primera mitad: El Rayo lanzó 4 córners y el Almería uno.
Como había previsto Paco Jémez el Almería se fue apagando, por culpa de los excesos cometidos en la primera mitad y acabó pagando muy cara su osadía en beneficio de un Rayo que supo tener paciencia para sentarse y ver el cadáver de su vecino pasar y lo consiguió.