Manifestaba el pasado viernes Miroslav Djukic, el actual entrenador del Córdoba que ha suplido en el banquillo a Ferrer, que como ellos no tienen ni a Messi ni a Cristiano que garanticen treinta goles, no les queda otra que trabajar muy duro y de forma muy seria para conseguir su objetivo. Este mismo argumento puede ser aplicado al Almería.

O los rojiblancos se aplican al máximo en su trabajo, comenzando por defender con uñas y dientes su propia portería o no ganarán partidos.
El de esta tarde es uno de esos encuentros que puede ser calificado de partido trampa. Visitar a un equipo colista de la categoría que aún no ha marcado ni un sólo gol en su campo ni sumado un solo punto en sus actuaciones ante su público parece terreno abonado para consumar la tercera victoria lejos del Mediterráneo de los almerienses. No sumar y salir con el rabo entre los pies podría ser interpretado por los abonados del equipo, como un auténtico fracaso. Y cualquier  intento de justificación del descalabro una sinrazón.

A pesar de que las cartas credenciales del Almería son mucho mejores que las del Levante, seis puntos como visitante por cero como local por los valencianos, éstas servirán de poco o nada cuando de disputar el balón se trate y todo apunta a que cuando esta noche a partir de las siete se vean las caras azulgranas y rojiblancos lo harán bajo el signo de la igualdad y de la más dura competencia.

Rival
El Almería se encontrará esta tarde un Levante enrabietado y altamente estimulado por la presencia de un nuevo inquilino para su banquillo ya cambió de entrenador: despidió a Mendilibar y contrató a Lucas Alcaraz, que debutó la semana pasada con derrota, aunque sólo tuvo dos días para preparar el duelo ante el Celta. Tal y como han comenzado su andadura en el campeonato da la sensación de que la andadura de ambos conjuntos en este curso no va a ser nada apacible. En el caso del cuadro valenciano porque aún no ha encontrado sus señas de identidad,  por parte almeriense porque ofrece muy poca seguridad en sus actuaciones.
Los dos equipos necesitan los puntos. Dependiendo del color con el que miran el encuentro unos y otros.

Del lado local romper la racha de cuatro partidos sin ganar ni hacer gol en casa, se le antoja vital para el devenir del equipo en el campeonato. En el bando almeriense urge romper la mala racha de juego y resultados de los tres últimos encuentros, en los que sólo ha sumado un punto.

Levante
Para el equipo de Lucas Alcaraz los tres puntos le harían dejar las posiciones de descenso, lograr su primer victoria en casa, colocarse a un solo punto del Almería y en situación de superarlo en el gol-average particular. Pero el de Francisco sería abrir una importante brecha de siete puntos con su rival de este domingo y partir con ventaja en el coeficiente particular. Un partido con mucho en juego.