Viajar hasta Lepe para arropar al filial como líder de la Segunda B y estar luego presente en el partido del juvenil de la División de Honor no es solo una visita guiada para el presidente del Almería.

Su presencia al lado de la cantera es un mensaje para técnicos, jugadores y aficionados sobre lo que quiere para su club. Va muy en serio con el proyecto de factoría de jugadores y acompañado de Francisco estuvo en la Universidad viendo a un juvenil que le enamora.

Los aficionados entienden estas visitas como una firme declaración de intenciones del presidente. Todos saben que la economía manda en los clubes y con 11.000 abonados y sin un sponsor millonario detrás: no queda otra.

Los jugadores están felices en el Almería y sus agentes convencidos de que acertaron con el Almería a la hora de colocar a sus jugadores. Lo de la cantera va muy en serio.

No hay un equipo en la Liga Profesional en los últimos tiempos que haya evolucionado tanto hacia la cantera como el Almería y los aficionados rojiblancos empiezan a ver el fruto de una década de siembra.

Lo de cantera hay que entenderlo como una selección de los mejores niños llegados desde todos los rincones. Así trabaja el Almería para llegar pronto a la meta del 30 por ciento que pretende Alfonso García.

El presidente no está loco y su visita a la cantera no es para la galería, se trata de ilusionar a todos para conseguir la meta.