No se me va de la cabeza aquella temporada del descenso a Segunda cuando empezamos a mirar por encima del hombro a ciertos rivales y a otros les tratamos de tú a tú y las galletas que nos dieron no tenían nombre.

Los jugadores y la afición empiezan a ver más nivel en la plantilla y esperan sufrir menos para mantener la categoría pero... mucho cuidado que estamos en Primera División.

No hay que ir al año 20011 basta mirar el 2013 cuando le puso el Almería a Marcelino el partido de corbata y le dio un baño de fútbol hasta que sacó del banquillo a dos jugadores para buscarle la ruina al equipo de Francisco.

Me consta que Francisco es un tipo estudioso y amante de la psicología y sabrá dar un toque especial a su equipo para que ataque y no se descuide atrás. Viene un equipo que vale 50 millones de euros y eso no se debe de olvidar.

Hay que afrontar la temporada actual como si la pasada no hubiese terminado. Hay que apretar los dientes y morir por cada balón porque no estamos en situación de mirar por encima del hombro ni al Espanyol ni al Eibar.

Cuando en Almería hemos hablado de algo más que la permanencia acabamos en Segunda de cabeza. Así el segundo año de la Agrupación Deportiva Almería se habló de ir a la UEFA fichando a jugadores de 25 kilos de aquellos tiempos y nos olvidamos de ganar al Hércules, al Sporting, a Osasuna...

Le ganamos al Valencia, a la Real Sociedad y al Atlético de Madrid pero perdimos nuestra verdadera Liga y la Primera para siempre. Aquel club no volvería a levantar cabeza.

Del descenso en 2011 no les cuento nada, parece que fue ayer. Se lo saben de memoria Lillo, Oltra y Olabe.