Todo apunta a que con el comienzo del nuevo año el Almería tomó la decisión de comprarse un candado a la medida de las poterías del Estadio Mediterráneo para colocarlo en cada una de ellas cuando a Esteban le toque guardarlas. Ocurrió que en el primer encuentro del 2014 los rojiblancos, en su mejor partido de la temporada, ganaron al Granada con tres goles de ventaja dejando su meta a cero. En la matinal del domingo con menos juego pero igual seguridad, otra victoria gracias a que en el casillero local no hubo necesidad de mover el cero inicial. De este modo el Estadio Mediterráneo se ha convertido en este nuevo año en un bien defendido fortín al que no han podido conquistar ninguno de los dos enemigos que hasta ahora lo han intentado.