Francisco defiende al vestuario. En momentos difíciles por la situación en la tabla, y sin haber ganado en ocho partidos, el míster visitó a Alfonso García en Águilas este martes. Fue una reunión para que el presidente conociera de primera mano cómo está el equipo y por qué no se ha ganado todavía. Ayer, en zona mixta, Francisco ratificaba que no fue un toque de atención: “Teniendo comunicación con la gente de los despachos se mejora. Llevamos ocho jornadas sin ganar y el jefe quiere saber lo que pasa. Y es normal. El presidente y los jugadores estamos en la misma línea. No fue un toque de atención, sino todo lo contrario”.

Sincero No quiere que se señale a ciertos jugadores por haber fallado en momentos puntuales. Como entrenador, quiso cargar con toda la responsabilidad de lo sucedido, por ejemplo, en Sevilla: “Los errores vienen por una zona muy concreta, y yo soy el máximo responsable porque tomo las decisiones. Los futbolistas lo dan todo”.
Conforme avanza la competición, al míster le entran más ganas de trabajar. No quiere desaprovechar la oportunidad que le dio el club de entrenar en Primera División: “Tengo los pies en el suelo y ganas de trabajar. Queremos que la gente disfrute y se lleve una victoria, que se lo merece”.

Fuertes Los despistes en los últimos minutos se pueden achacar más al aspecto mental que al físico, pese a que todo va relacionado. “Físicamente está muy bien. En Primera tienes que contrarrestar la calidad de los equipos corriendo más que el rival. Tenemos que sobreponernos a todo con sacrificio y quizá lleguemos justos”, comentó.
Para encontrar una solución a esos errores, o cierto cansancio que aparece en la parte decisiva de los choques, Francisco parece haber encontrado la receta: “Eso te lo dan los puntos. Con una victoria llegaríamos al final con más fuerza mental, pero a mí no se me pasa por la cabeza que nos van a marcar en el descuento”.

Cariño En una semana complicada para todos, el preparador almeriense ha notado el cariño de muchas personas, aunque dice que no es solo ahora que las cosas no marchan como todos quisieran, sino “desde siempre. Hay que ser muy humilde y todos lo somos. Hemos podido sumar más puntos y, a pesar de ello, nos sentimos arropados”.