La noche más hermosa de Paco Ripoll
La noche más hermosa de Paco Ripoll
Paco Ripoll es un hombre del Bar Mora pero allí hubiesen dejado pistas. Los futbolistas optaron por bajar unos metros el escenario del homenaje y hacerlo en la Cafetería Los Alpes donde muchos aún toman el café como en sus tiempos de adolescencia.
Ellos, estaban citados a la misma hora que él, su entrenador, pero llegaron antes. Paco, se enteró por LA VOZ de que tenía una cita con la historia y pasó unas horas muy difíciles ya que la emoción y los recuerdos tomaron su mente. Su hija Lola, era cómplice de todo, pero supo guardar como nadie el secreto. A ella debemos las imágenes del protagonista de tantos sueños de futbolistas que hizo realidad.
La familia Ripoll es extensa pero no sabía Paco hasta que punto de grande. Aquellos niños a los que educó jugando al balón son suyos. Más hijos, más hombres, más amigos, más... lo pudo comprobar repartiendo besos y abrazos entre esos jugadores a los que conocía perfectamente desde que llegaron a su particular imperio futbolístico.
Lo que se vivió en la cafetería Los Alpes no se puede llevar al papel. No hay pluma capaz de captar tantos sentimientos con un denominador común: Ripoll. El entrenador ya es abuelo y prefiere no entrenar, son otros tiempos, pero en los suyos, dejó una huella enorme haciendo jugadores y hombres de bien.
Este entrenador llegó a los banquillos desde la grada, desde el aplauso a su Almería. Ripoll será siempre un aficionado fiel a su gran pasión: el fútbol. Siempre será el mejor seguidor de su corazón: el Almería. Pero si hay una huella que le distingue es su personalidad. Su forma de entender el fútbol y la vida le hicieron diferente a todos los demás.
Hoy Paco Ripoll anda repartido por cada uno de sus futbolistas a los que entregó todo su saber.