Se ha puesto de moda en los entrenadores del Almería (Fran Fernández y Lucas Alcaraz) hablar del azúcar que la prensa solemos dar a los jugadores. Hoy lo de Pozo, “Posito” como le llama Ángel Férez: no tiene nombre.

El jugador malagueño dio una lección de contragolpe en el partido frente al Tenerife. Venía jugando muy bien con Ramis pero Lucas le ha liberado de marcar y le ha puesto a Rubén Alcaraz para darle la pelota y a correr hacia la meta rival.

Lo que ayer hizo Pozo contra el Tenerife se paga muy caro en la Liga de las Estrellas. Hizo buenos a los defensas y puso a brillar al ataque.

Posito necesitaba un paso por delante de la medular y acercarse a sus delanteros. Pedía a gritos conducir la pelota y poner el talento al servicio del equipo. Dar el último pase.

Lucas Alcaraz sabe donde hay un jugador y si ahora Pozo vale 2 millones, su precio se puede multiplicar por tres si continúa en esta línea de juego.

Se echa el equipo a la espalda. Da pases medidos al pie y conduce y coloca a sus compañeros en el campo de forma magistral. Si a esto unimos que tiene pegada y mucha llegada...

El día que el Almería nos pareció a todos más obrero había un ingeniero que daba sentido a todo el trabajo trazando las líneas de pase y liberando a los defensas del agobio rival. Impresionante.

Alfonso García ya puede coger el teléfono móvil que le van a llamar porque los partidos de Posito no pasan inadvertidos. Ya no estamos hablando de la cláusula. Este jugador vale un pastón.

Seguro que esto a Lucas Alcaraz no le gusta porque es azúcar para su futbolista y le dará la risilla y dirá que tengo razón en lo que escribo porque yo he aprendido mucho del ahora técnico rojiblanco.

Nos vamos a forrar con Pozo.

Lucas lo hará mejor futbolista.