Los jugadores nunca pierden en un descenso
Bajan de categoría clubes y aficiones

Los jugadores del Mirandés llorando un descenso a Segunda B.
No es nuevo esto para nosotros que lo vivimos. Hablo de los futbolistas cuando bajan de categoría y lloran ante las cámaras de la televisión lo que no supieron defender en el campo.
Los que más lloran son a veces más rápidos que el viento a la hora de llamar a la puerta del club para pedir la carta de libertad porque le han llamado para fichar.
El amor a unos colores y el respeto al escudo forman parte del argot futbolístico como eso del rifi fafe o del toma y daca. Pura palabrería.
Me quedo con la boca abierta al ver como aquellos que bajaron a un equipo son los primeros en fichar por otros y se dan casos de clubes implicados en el propio descenso: cosas del fútbol.
Ahora que vuelan los futbolistas del Mirandés o encuentran acomodo los de Elche, Mallorca y UCAM (con toda la plantilla libre) se me viene a la memoria aquel descenso del Almería Ceefe con el Ourense en casa. Uno de los días más tristes de nuestro fútbol y no precisamente por perder la categoría y sí por como se produjo.
Los futbolistas son del equipo que les paga y nada más. Van quedando pocos de esos que llevan el sentimiento en las venas. Ya ni me fío de los ‘yugoslavos’ ni de los sudamericanos que parecían tener un GEN especial para competir.
Miren los fichajes en la web de LA VOZ y entenderán lo que les expongo. Primero bajan, luego lloran y salen volando para que otros se COMAN el descenso a BOCAO LIMPIO.
Hoy los representantes saben liberar a sus muchachos de un descenso. Siempre baja otro y no el tuyo (jugador al que representas) porque no hay nada como tener una oferta.
Guillermo Blanes hizo jugar a algunas de sus ESTRELLAS del descenso en Segunda B pero fueron muy pocas ya que la mayoría salieron volando.
El futbolista nunca pierde.
Suben los jugadores.
Bajan las aficiones.