Almería y Huesca sumaron un punto cada uno en un encuentro muy igualado, peleado y competido que se cerró con el marcador inicial gracias al buen trabajo defensivo de ambos conjuntos y a la falta de acierto a la hora decisiva del gol.

La primera mitad estuvo marcada por la igualdad de fuerzas, los dos equipos muy bien colocados, con las ideas claras a la hora de parar al rival y sabiendo que el camino hacia la victoria pasaba por no encajar. Fueron unos cuarenta y cinco minutos en los que los dos equipos buscaron dominar la posesión sin conseguirlo y de llegar a las metas contrarias por caminos diferentes. Los de Fran buscando, con balones largos, la espalda de la retaguardia visitante. Los de Anquela a través de la posesión y de la conducción de Vadillo y, sobre todo, de Samu Sáiz, que apareció como un grano pelirrojo en la zona de tres cuartos para amenazar la buena salud de los almerienses, algo que se ajustaba al guión previsto.

El Almería consiguió neutralizar en gran medida las aportaciones de Sáiz, pero a costa de que Ramón Azeez, uno de los encargos de frenarle, fuera amonestado.
Ni uno ni otro tuvieron claridad en el disparo, quizás porque los contrarios no se lo permitieron y se llega al intermedio sin que los porteros se vean demasiado exigidos, quizás el que más Herrera a un disparo de Pozo.
En este primera mitad se convirtió en protagonista el árbitro Cordero Vega que señaló 11 faltas a favor de los visitantes y sólo una, y hubo más, para beneficio local.

Reanudado el juego es el Almería el que quiere y consigue llevar el mando del juego, bajo la dirección de Borja y Fidel. Se suceden las llegadas al área visitante en el primer cuarto, pero sin que éstas obliguen a intervenir a Herrera. Lo más sobresaliente de este periodo de mando indálico fue un medido centro de Nano, raso, que salvó el central Iñigo ante Quique González.

Los técnicos mueven pronto el banquillo. En el oscense entra Araujo por Borja y en el almeriense Corona por Pozo, adelantando la posición de Azeez.
La modificación de Fran Fernández y el bajón físico aparente de algunos jugadores, desordena al equipo. Los de Anquela disponen de diez minutos en los siembran el pánico en la grada con cuatro ocasiones de Vadillo, Ferreiro y Samu Sáiz, dos. Pero Corona se hace con el timón en el tramo final y el juego vuelve a equilibrarse hasta el 96.
Al filo del 80 el Almería dispone de su mejor opción cuando Herrera salva ante Quique que se había adelantado al primer palo para recibir un medido centro raso de Fidel. Finaliza el choque con un fallo clamoroso de Alexander que no supo aprovechar el regalo de un jugador local.