Una nueva decepción
El Almería fuera, KO

Borja Fdez.
Almería y Rayo pusieron de manifiesto el domingo que si están en la zona baja de la clasificación no es por casualidad, sino por méritos propios. Ni uno ni otro dieron la sensación de saber donde están ni a donde van. Lo único que los diferenció fue, como significó su entrenador en la sala de prensa, la actitud y el hambre de los locales, infinitamente superior no a la totalidad, pero si a varios de los integrantes del conjunto almeriense.
Otra gran decepción
Era una triste realidad que la mayoría de la hinchada rojiblanca había perdido la fe en su equipo en los desplazamientos, pero no es menos cierto que ante el duelo de Vallecas había una mayor expectación por ver en acción a las caras nuevas y que con ellas pudiera llegar el resurgir de la escuadra rojiblanca. Nada de nada, sino más de lo mismo.
Si en el duelo entre almerienses y ovetenses de la jornada precedente se vieron dos equipos sin patrón que no sabían a lo que jugaban y que se movían a impulsos de sus individualidades, la historia se repitió en Vallecas, ya que ni Rayo ni Almería fueron un equipo. La diferencia entre unos y otros no estuvo, como se puede argumentar de manera fácil en un gol en propia meta y un penalti fallado, sino que en que en el cuadro local fueron todos a una, mientras que en el visitante algunos se borraron.
¿A qué juegan?
La pregunta del millón es saber a qué juega el Almería. Al equipo lo sostienen más o menos Borja y Fran Vélez, pero las ayudas brillan por su ausencia lo que propició que los laterales quedaran en evidencia en muchas acciones, no hay coordinación en la presión, hay poca movilidad sin balón, llegan tarde y mal a los remates y en la estrategia son un verdadero desastre. No han sido capaces de marcar ni tan siquiera desde el punto de penalti, otra acción mal trabajada.