El descanso del guerrero, del goleador Quique González. El delantero rojiblanco, al igual que sus compañeros, se van de vacaciones sin los deberes hechos, ya que han vuelto a zona de descenso tras la derrota en Miranda de Ebro. El vallisoletano atendió a LA VOZ y Cadena SER en la zona mixta de Anduva y reconoció que el equipo no supo administrar e tesoro del 0-1 y dio vida al rival en las acciones a balón parado.

Demasiados errores: “Hicimos un buen primer tiempo y el segundo salimos de la mejor forma posible, adelantándonos en el marcador. Sin embargo, el gol nos hizo daño y nos ganaron sin tirar a puerta, con dos balones parados”.

El Almería tiene virtudes y defectos, como todos, pero daña la vista que los goles en contra siempre lleguen de la misma forma: tras saque de esquina o falta en contra. Los contrarios han encontrado el camino hacia la meta de Casto gracias a la pizarra.

Talón de Aquiles
Quique analizó en este medio los problemas que tienen para defender el balón parado. No es solo cuestión de suerte o acierto máximo del rival, también hay demérito de los rojiblancos: “Las estadísticas están ahí y es una cosa que tenemos que ver y vigilar. Te pueden ganar siendo superiores, pero el Mirandés no lo fue. Encajamos dos goles iguales y perdemos tres puntos que teníamos más que encarrilados en Anduva”.

Tocado
No le gusta hacer balance individual por encima del colectivo. Quique sigue siendo el máximo goleador del Almería (8), aunque no siempre valen para sumar de tres, como en Miranda. El jugador explicó que no disfrutará plenamente de los días libres:  “Nos vamos de vacaciones y tendremos que venir con las pilas cargadas. Me voy a casa con un mal sabor de boca por perder. Lo colectivo está muy por encima de lo individual, por eso no me gusta hablar tanto de mis goles”.

Deseos
Si el rendimiento de Quique no baja y continúa en su línea anotadora, posiblemente cambie de aires en verano rumbo a Primera División. Como ahora tiene la mente en el Almería, el futbolista espera que el 2017 depare un final de Liga mucho más tranquilo y con un final feliz en todos los sentidos: “Deseo que el nuevo año sea totalmente contrario al que ya se nos va. Ahora me iré a casa con mi familia y amigos para volver con las pilas cargadas”.
Quique contó en Anduva con el apoyo de la familia y sus amigos. Como ya ocurriera el año pasado, el equipo pasará las fiestas navideñas en puestos de descenso a Segunda B. Lo que no cambia es el olfato goleador de este jugador.