El desafío de los narcotraficantes a las autoridades tiene un nuevo capítulo en Almería, donde este pasado fin de semana se ha vuelto a repetir un escena que cada vez se contempla con más normalidad: como cada vez que hay temporal, los rincones menos transitados del Parque Natural Cabo de Gata se convierten en un potencial refugio para las narcolanchas que transitan de forma habitual el litoral almeriense para labores vinculadas con el tráfico de drogas o la inmigración. Este pasado fin de semana, el lugar elegido no ha sido otro que Aguamarga.

El pasado sábado, 13 de diciembre, hasta ocho narcolanchas se encontraban en Cala Muelle, un refugio natural situado junto al antiguo embarcadero de mineral y a escasa distancia del núcleo urbano de Aguamarga. Y, tras esas ocho, al menos una novena llegaba a este punto el domingo a refugiarse junto a las demás, conformando así una suerte de parking de narcolanchas en pleno Parque Natural de Cabo de Gata. 

En la mañana de este lunes, aún quedaban seis de las nueve embarcaciones abarloadas en este icónico lugar del litoral almeriense. 

Reacciones

Más allá de la indignación de los que pudieron grabar la escena de las narcolanchas refugiándose del temporal en el Parque Natural Cabo de Gata, no se han hecho esperar las reacciones de administraciones y autoridades relacionadas con la presencia de estas embarcaciones en Almería.

Así, el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles - AUGC Almería, Víctor Vega Romero recuerda que esta situación se da, "una vez más, por falta de medios". En concreto, Vega recuerda que "aquí no se puede hacer como en Barbate, donde por vergüenza cierran el puerto para que no entren las narcolanchas" y señala que "por mucho que nos demos golpes en el pecho y digamos que tenemos el 95% de la plantilla, es mentira: por nuestros datos faltan 308 guardias solo en la Escala de Cabos y Guardias. Hacen falta medios y unidades", sentencia el portavoz de AUGC Almería. 

"No puede ser que nuestro Cabo de Gata, el emblema de nuestra provincia, sea un apeadero, una narcogasolinera, para la inmigración y el narcotráfico. Se sienten impunes y se quedan allí durante largas jornadas y nosotros no tenemos medios. Si vamos hacia ellos nos intentan hundir", recuerda Vega, en referencia a los cada vez más frecuentes casos en los que la Guardia Civil ha sufrido el acoso de los pilotos de las narcolanchas.

Por su parte, desde el propio Ayuntamiento de Níjar es constante la reclamación al Gobierno de España para conseguir un incremento de medios. Su alcalde, el popular José Francisco Garrido, denunciaba hace apenas un par de meses que "el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar no puede ser una 'narcogasolinera'. Basta ya de mirar hacia otro lado".

Ya entonces, Garrido reclamaba que el Ejecutivo central "cumpla con su deber, amplíe la plantilla de la Guardia Civil, les dote de los medios y los protocolos necesarios para combatir a estas mafias, y se tome a Níjar en serio de una vez".

Garrido señalaba en septiembre que "hace poco más de dos años que soy alcalde de Níjar, y desde entonces vengo reclamando soluciones al Gobierno de España, que es quien tiene las competencias para atajar este problema".

"Pero lamentablemente, el Gobierno de Pedro Sánchez no puede o no quiere acabar con las mafias que se pasean a diario por nuestras playas. Unas mafias que trafican con drogas y con seres humanos, y que fomentan la inmigración ilegal masiva", subrayaba.