Amenazas y revelación de secretos: la otra cara de la ciberdelincuencia en la que Almería es medalla de plata
Almería registra la segunda cifra más alta de toda Andalucía en ciberdelitos de amenazas y revelación de secretos

Imagen generado por IA de un ciberdelincuente.
He notado que en algunos de los grupos de WhatsApp donde mis números de teléfono hacen acto de presencia, vuelven a circular esos mensajes de aviso: “cuidado con este correo del banco, que es una estafa”, “no abras el enlace de Amazon”. A veces llegan acompañados de una captura de pantalla, o un link a una web. Hace poco, incluso, me vi obligado a llamar a mi gestor para confirmar si un SMS que me informaba de un movimiento de cuatro cifras era real. “Ni lo mires —me dijo—. Es una estafa. No toques nada, bórralo y gracias por avisarnos”.
El crimen digital, como el terrenal, tiene sus estaciones. Hay meses de calma y otros de cosecha. Lo cierto es que el delito informático se ha convertido en uno de los fenómenos que más crece. Durante el primer trimestre de 2025, las infracciones penales registradas en España alcanzaron un 1.212.268. De ese total, 245.191 responden al mundo cibernético, reflejando un incremento del 3,4% sobre 2024.
Las estafas cometidas a través de las TICs encabezan el ránking de los procedimientos judiciales incoados en Almería, seguidas de la revelación de secretos, amenazas y los delitos contra la libertad sexual, concretamente aquellos relativos a pornografía infantil o personas con discapacidad. En Almería, la estadística también refleja el pulso de la provincia: 5.915 infracciones en materia de ciberdelincuencia al cierre de 2024, mil quinientas más que el año anterior.
Las estafas siguen siendo la reina de las denuncias con 950 casos que pasaron por el juzgado. Seguidas de la revelación de secretos, las amenazas y los delitos contra la libertad sexual, como la pornografía infantil o casos que afectan a personas con discapacidad.
Amenzas en línea
Si las estafas copan titulares y denuncias, hay otros delitos que circulan más silenciosos, pero no por ello menos dañinos: amenazas y revelación de secretos a través de las TICs. Y en Almería, ambos tienen un pulso intenso.
Las amenazas a través de las TIC no siempre llegan acompañadas de un virus o un enlace fraudulento. A menudo son mensajes directos, correos, WhatsApps o incluso comentarios en redes sociales que buscan intimidar, coaccionar o generar miedo en quien los recibe. Pueden estar ligados a extorsiones, a conflictos derivados de delitos contra la libertad sexual, o incluso a episodios sentimentales de ruptura y malos tratos, donde una discusión privada se convierte en arma digital.
En Almería, se registraron 53 casos de amenazas vía TIC incoados judicialmente en 2024, lo que la sitúa segunda en Andalucía. Jaén lidera la región con 283 casos, mientras que Cádiz queda muy por debajo, con 19 casos. Esta comparación evidencia que, aunque Almería no alcanza los niveles de Jaén, las amenazas digitales son un fenómeno constante, que golpea directamente a ciudadanos. El dato resulta significativo: desde 2023, los juzgados han recibido el doble de denuncias de este tipo, mostrando que la problemática no solo persiste, sino que va en aumento.
A diferencia de las estafas en internet, que a menudo provienen de desconocidos situados a miles de kilómetros, los delitos de amenazas y revelación de secretos pueden tener como infractores a personas cercanas: familiares, amigos, compañeros de trabajo o exparejas. Esta cercanía aumenta el impacto emocional y la sensación de vulnerabilidad de las víctimas.
Un mensaje filtrado puede arruinar vidas
Si las amenazas golpean de manera directa, los delitos de revelación de secretos actúan de manera más silenciosa, pero no por ello menos dañina. Este tipo de infracción se produce cuando alguien difunde información privada sin consentimiento, ya sea un chat, un correo, documentos personales o fotos que deberían permanecer en el ámbito privado o mercantil. La víctima se encuentra de repente expuesta, y la sensación de vulnerabilidad es inmediata: alguien ha traspasado los límites de su intimidad.
Un ejemplo de estas actividades criminales puede ser el caso de un empleado que comparte correos internos con información sensible de clientes en grupos de mensajería o redes sociales. Aunque no exista intención de dañar de manera directa, la acción expone datos personales y profesionales, generando un impacto real sobre la reputación y la seguridad de terceros.
En Almería, se registraron 48 casos de revelación de secretos en 2024, frente a 31 en 2023, lo que supone un incremento del 54,8 %. La provincia se sitúa segunda en Andalucía, solo por detrás de Sevilla, que lidera la región con 54 casos, mientras que Jaén contabilizó 31 casos y Cádiz apenas 15 casos. Estos números evidencian que, aunque Almería no encabeza la lista, sigue siendo un punto caliente de violaciones a la privacidad, con impactos directos sobre ciudadanos y empresas, y con un seguimiento judicial que refleja la preocupación creciente por este tipo de delitos.
Aunque las estafas digitales acaparan titulares y generan alarma inmediata, no debemos subestimar otros delitos menos visibles pero igualmente dañinos, como las amenazas y la revelación de secretos. Estos crímenes, silenciosos en el espectro mediático, afectan directamente a la privacidad, la seguridad y la tranquilidad de ciudadanos y empresas, y Almería se encuentra a la cabeza, manteniendo su tendencia de año a año.