Un simple correo electrónico, un enlace fraudulento o un pequeño descuido pueden ser la puerta de entrada para los ciberdelincuentes. Estos ataques no solo comprometen la seguridad digital de las empresas, sino que pueden traducirse en pérdidas económicas significativas y en la exposición de información sensible.

En los últimos meses, compañías de gran tamaño en la provincia de Almería han sido blanco de ciberataques que han logrado sustraer importantes sumas de dinero. Según fuentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, recientemente se han registrado múltiples denuncias por delitos informáticos, aunque no ha trascendido la metodología exacta utilizada en todos los casos. No obstante, algunas investigaciones apuntan a que una sola empresa habría llegado a perder hasta 500.000 euros a manos de estos delincuentes.

La cibercriminalidad sigue en ascenso en la provincia de Almería, y comarcas como el Levante y el Poniente son de los territorios más afectados. De acuerdo con el Informe del Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior elaborado en 2024, Huércal-Overa y Roquetas de Mar serían los municipios donde más ha crecido este fenómeno.

En Huércal-Overa, los delitos informáticos han aumentado un 49,6% en solo un año, pasando de 117 a 175 casos, con las estafas digitales como principal motivo de denuncia. Por su parte, Roquetas de Mar ha registrado el mayor volumen total de ciberdelitos, con 1.018 casos en 2024, lo que supone un incremento del 37% respecto a los 744 del año anterior.

Tipos de robos y seguridad según la empresa

Existen una correlación clara entre el tamaño de la empresa y su nivel de planificación de la seguridad digital. Las microempresas solo el 29% tiene una estrategia definida en este ámbito, el porcentaje asciende al 56,3% en las pequeñas empresas y al 61,5% en las medianas. Las grandes empresas, por su parte, destacan con un 85,7% de implementación de medidas de protección.

Entre las técnicas empleadas destaca el llamado ‘man in the middle’ (hombre en el medio), un ataque en el que los hackers interceptan la comunicación entre dos interlocutores sin que estos lo perciban. Mediante este método, los ciberdelincuentes pueden suplantar la identidad de proveedores, clientes o acreedores, manipulando mensajes y transacciones para desviar fondos o acceder a información confidencial.

De acuerdo con el Observatorio de Competitividad Empersarial, elaborado por la Cámara de Comercio los ciberataques más comunes son el phishing, correos electrónicos con enlaces o archivos que conducen a sitios maliciosos con un 56,8% de los casos, seguido por el ransomware, ‘secuestro’ de archivos y equipos que afectó al 36,4% de las compañías, y el malware, o infección del ordenador para dejarlo inservible que dejó inservibles los equipos de un 22,7% de las organizaciones afectadas.

En los últimos meses, se ha registrado un repunte en la actividad de troyanos bancarios dirigidos a dispositivos móviles, como FakeCall, que afectan principalmente a usuarios de Android.

Este malware se oculta bajo la apariencia de aplicaciones bancarias legítimas y, una vez instalado, es capaz de interceptar llamadas, mensajes y credenciales, lo que permite a los ciberdelincuentes acceder a cuentas bancarias y llevar a cabo transacciones fraudulentas. Además, los troyanos son capaces de secuestrar las comunicaciones entre el cliente y la entidad financiera, lo que complica la detección de actividades maliciosas.

Plan regional contra la ciberdelincuencia

La Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental está impulsando desde los primeros días de este año un plan regional para luchar contra la Ciberdelincuencia. Dicho plan gira en torno a dos ejes estratégicos alertar a la ciudadanía a través de mensajes de prevención y fomentar el intercambio de información con las entidades bancarias a través de la creación de un punto de contacto permanente.