La Voz de Almeria

Sucesos

Un incendio, dos cambios de tren y una llegada a Madrid casi doce horas después de salir de Almería

"Ha sido una locura", relata una de las pasajeras afectadas por el incidente de ayer

Pasajeros de pie en el tren de Córdoba a Ciudad Real que les ha recogido tras el incendio del tren en el que viajaban.

Pasajeros de pie en el tren de Córdoba a Ciudad Real que les ha recogido tras el incendio del tren en el que viajaban.Cedida a La Voz

Evaristo Martínez
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Casi doce horas después de coger un tren Alvia con destino a Madrid en la estación almeriense de Huércal-Viator, parte de los pasajeros del tren incendiado al mediodía de ayer llegaban a su destino. Otros aún tendrían que esperar hora y media más. 

El fuego declarado a las 14:10 horas en el coche cola del convoy, donde está instalado el grupo electrógeno diésel, obligó a evacuar a los viajeros, perdidos bajo el sol en algún lugar de la Mancha. Concretamente en la localidad de Argamasilla de Calatrava.

Las llamas se pudieron controlar rápidamente, no llegaron a extenderse a otros vagones y el trabajo de los bomberos se focalizó en refrigerar la zona y controlar fugas de gasoil, según el relato de un integrante del dispositivo.

Mientras, los pasajeros, que tuvieron que salir con cierta dificultad de los vagones (una persona fue atendida por los sanitarios al caerse en el intento), tuvieron que realizar una pequeña caminata por las vías y aguardar bajo el sol del mediodía como buenamente podían, usando cartones y paraguas o debajo de unos almendros.

Ahí comenzaba otra pequeña odisea: ante la imposibilidad de que un autobús llegara a la zona, tuvieron que esperar a ser ‘rescatados’ por otro tren. Uno que desde Córdoba iba hacia Ciudad Real.

“Han tenido que ir de pie, como podían, porque va lleno. Había gente mayor y niños, y nadie cedía sus asientos”, explica en charla con LA VOZ la escritora almeriense Sarah Thomas, cuya hermana iba en el tren incendiado.

Al llegar a Ciudad Real, parte de los viajeros cambiaron a un segundo tren con dirección a Madrid. “Allí han tenido que volver a pasar por el control de seguridad, con las maletas a cuestas. Les han dado una botella de agua y un bocadillo, pero solo había 150, así que no han alcanzado para todos”. 

Para hacer más rocambolesca la situación, “nadie hablaba inglés”, así que algunos viajeros de origen extranjero no comprendían bien lo que estaba pasando ni qué debían hacer. “Cuando el tren ha comenzado a arder, han empezado a gritar que todo el mundo saliera rápido, sin coger el equipaje. Pero como ellos no entendían se han entretenido con las maletas”.

La viajera afectada también se queja de que ni el personal de Renfe ni los agentes de la Guardia Civil, más allá de la ayuda facilitada, les han dado explicaciones de lo que sucedía.

Esta pasajera logró llegar a Madrid a las 19:15 horas, cuatro horas y cuarto después de la hora marcada en su billete y casi doce horas más tarde de salir de Almería.

Otros corrieron peor suerte: algunos pasajeros siguieron el viaje en el tren que les recogió en Ciudad Real, también con destino a Madrid, pero llegaron a la capital de España aún más tarde.

“El supervisor y una empleada del tren incendiado nos dijeron a nosotros y a otras personas que nos podíamos quedar en ese. Pero se quedó sin maquinista por sobrepasar las horas diarias. Nosotros íbamos sentados, con niños y con mucho equipaje, así que al decirnos que podíamos quedarnos, lo hemos hecho. ¡Quién iba a saber que el otro llegaría antes!”, expresa por su parte a LA VOZ otro de los viajeros afectados, que regresaba con su familia a Granollers tras pasar unos días en Almería.

Cuando llegó el maquinista, el tren se puso de nuevo en marcha y llegó a Madrid sobre las 20:45 horas. En su interior, algunos pasajeros, como esta familia, que había salido de la estación de Huércal-Viator más de doce horas antes

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