Del aula a casa: así se activaron los protocolos durante el apagón en Almería
La actividad lectiva quedó suspendida durante la jornada posterior al fallo energético

IES Celia Viñas en la capital almeriense.
No hay duda ninguna de que el apagón energético que asoló ayer, 28 de abril, a toda la Península Ibérica incidió en todos los ámbitos cotidianos, también en la comunidad educativa. Si bien, según que institución, las reacciones fueron diferentes en unas y en otras.
En el IES Celia Viñas de la capital almeriense, la falta de suministro energético fue tomada con calma. "A las 12:30 justo fui a secretaría a hacer unas fotocopias, cuando de repente la fotocopiadora dejó de funcionar", cuenta José Luis Gómez, profesor del Celia Viñas. Al principio, los docentes de este histórico instituto pensaron que se trataba de un fallo del cuadro eléctrico del propio edificio, pero al notar que la luz por mucho tiempo que pasaba no regresaba, se dieron cuenta de que tenía que ser un fallo más grande. "Yo me entré por WhatsApp de que se había ido la luz en varios puntos de España", recuerda Gómez. "Yo no me percaté de la magnitud de lo que estaba sucediendo hasta que no salí a la calle y vi que no funcionaban ni los semáforos", dice Francisco Gutiérrez, también docente del instituto.
No obstante, en el IES Celia Viñas, la situación se tomó con calma. Tan solo se vieron interrumpidas las clases en las que los alumnos precisaban hacer uso del ordenador. "El resto de las cases se desarrolló con normalidad hasta la hora que marcaba el fin de las clases. Este es un instituto con muchos ventanales por los que entra una luz estupenda, por lo que, los compañeros que imparten otras materias no tuvieron problema en continuar con sus lecciones", explica Gutiérrez.
Las Jesuitinas Stella Maris
La situación fue un poco diferente en la acera de enfrente. Pese a que en el Colegio Jesuitinas Stella Maris se mantuvieron las clases cuando ya se había producido el apagón, a partir de las 13:30 comenzaron a llegar algunos padres para recoger a sus hijos e hijas, un poco alarmados por lo que estaba sucediendo.
"Cuando empezaron a venir los padres a por sus hijos, teníamos que subir a las aulas personalmente para bajares uno a uno", explica Rocío Valenzuela, directora del colegio.
Cuando este procedimiento se hizo insostenible, se decidió "activar" el Protocolo de Evacuación, por el que todos los alumnos y alumnas bajaron al patio y se colocaron en las filas correspondientes. "De este modo, cuando llegaran los padres, podían recogerles directamente desde el patio, siempre bajo la supervisión de los tutores", señala la directora.
Por su parte, se mantuvo el servicio de comedor y las clases extraescolares hasta que se conoció el comunicado por el que todas las actividades debían quedar suspendidas. "A partir de esa hora, cuando los padres traían a sus hijos a las clases extraescolares, les decíamos que habían quedado suspendidas", dice Rocío Valenzuela.
El colegio no recuperó el suministro eléctrico hasta las 09:00 de este martes.
La Universidad de Almería
En la Universidad de Almería tuvieron peor suerte. El suministro eléctrico no se recuperó en su totalidad hasta las 11:50 horas del martes, según daba a conocer la UAL en un comunicado remitido a los medios.
"A nosotros nos pilló en medio de una clase, pero no le dimos más importancia y continuamos con la ponencia", recuerda Alex Hosamo, estudiante de la UAL.
Pese a que el turno de mañana pudo desarrollar su actividad lectiva durante toda la mañana, se suspendieron las clases para el turno de la tarde. Además, la Universidad informó tan pronto como pudo de que las clases quedaban suspendidas durante todo el martes, día 29 de abril, y que se esperaba volver a recuperar la normalidad el miércoles, día 30.