Familiares y amigos de Mery, la mujer asesinada el pasado 30 de diciembre en Retamar, volverán a salir a la calle para exigir que su muerte no sea considerada un simple homicidio, sino un crimen de violencia de género. Para reclamar justicia, han convocado una manifestación este sábado 22 de febrero, a partir de las 17.00 horas.

La marcha partirá del anfiteatro de La Rambla y recorrerá la Avenida Federico García Lorca hasta la Plaza de Las Velas, donde está previsto que finalice a las 21.00 horas.

Con el objetivo de lograr la máxima difusión y apoyo a su causa, los familiares y amigos de Mery han llevado su reivindicación más allá del barrio de Los Molinos.

Han recorrido la capital empapelando calles con carteles en los que el rostro de Mery llama a sumarse a la manifestación. Muros o marquesinas de autobuses, cualquier lienzo es bueno para colocar el cartel informativo de la manifestación. Y es que, como ellos dicen, "somos la voz de Mery. No dejemos que se apague".

Presionar al Gobierno

Según recogía Europa Press en una entrevista con Saray, hija de la víctima, el objetivo de la manifestación es "presionar al Gobierno" para que el responsable de la muerte de Mery sea juzgado por un delito de violencia de género y no solo por homicidio.

Saray ya dejó clara su postura en la primera concentración, celebrada el 18 de enero en el barrio de Los Molinos y que llevó por nombre "Justicia para Mery". Durante su intervención ante los medios, subrayó que este no es solo un caso de violencia de un hombre contra una mujer, "sino que existía una relación entre ambos", lo que, a su juicio, refuerza la necesidad de que el crimen sea tratado como un caso de violencia género, y que la condena sea merecida como tal. "No sería justo que el día del juicio se le disminuyese la condena, quedando sólo en un homicidio".

El 30 de diciembre de 2024, un hombre de 28 años, confesó haber asfixiado a Mery con una cadena de perro y, tras su muerte, haber trasladado el cuerpo a un descampado de Retamar, donde lo quemó. Fue detenido y, al día siguiente, el Juzgado de Instrucción nº 6 de Almería ordenó su ingreso en prisión sin fianza. De acuerdo con las investigaciones policiales, la víctima habría conocido a su agresor pocos días antes.