La Voz de Almeria

Política

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Este oficio de columnista, lo he dicho alguna vez, no es sencillo. La dificultad no estriba tanto en juntar las palabras adecuadas e insertarlas en una frase y contexto de manera que las haga atractivas para el lector, que también, sino en cómo transmitirle a éste honestidad, credibilidad y convicción de lo que se escribe. Un columnista tiene que pretender ser coherente consigo mismo, de tal manera que lo insertado en el papel debe ser el reflejo de su pensamiento. Eso no siempre se consigue, y yo mismo me llamaría a engaño si dijera que mis artículos son el reflejo de mis convicciones. Unas veces lo son, pero otras veces no. Ni quiero engañarme ni quiero engañar a nadie. Es así y punto, aunque sé de antemano que la falta transparencia me empobrece como persona. Por esto que he expuesto, no será difícil imaginar que mi admiración siempre estará dirigida hacia los articulistas que: a) transmiten sus opiniones con agilidad gramatical y b) ofrecen en sus escritos la creencia de que la opinión que sale a la luz es el fruto de una convicción personal. Y, hoy por hoy, en Almería, de entre los muchos articulistas que nos asomamos a los medios de comunicación provinciales, hay uno que supera diametralmente a los demás. Es Antonio Fernández Gil, Kayros. Me ha sorprendido la perorata que el otro día escribía Kayros sobre su persona. Por innecesaria. Lleva demasiado tiempo practicando el oficio aquí en Almería para recordarnos ahora quién y cómo es. Su pluma es un lujo con el que podemos levantarnos cada mañana. Frente a la mediocridad que le rodea, empezando obviamente por quien esto firma, sus artículos son un soplo de sinceridad, de aire fresco, de honestidad y de coherencia y de razón. Su independencia no necesita ser delatada, y por eso su pluma molesta tanto a unos como a otros. En una provincia donde la mayoría de los creadores de opinión viven en los aledaños del poder, o son en sí el propio poder -no conozco ningún otro lugar donde tantos políticos firmen tantos artículos de opinión-, una pluma independiente como la de Kayros es el mejor regalo que La Voz de Almería nos puede ofrecer cada mañana.

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