El buen tiempo parece que ya ha llegado para quedarse, por lo menos y con los vaivenes de las “semanas malas”, hasta el mes de octubre. Por eso desde la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería ASHAL se muestran optimistas y positivos por el número de turistas, tanto extranjeros como nacionales, que podrían llegar hasta la capital durante este verano, “aunque es mayor el turismo nacional” recuerda su presidente Diego García, y también por la “leve tendencia al alza de los precios” un dato que se considera como “muy positivo” por los hosteleros. Recuerdan que en los últimos años se ha vivido una “contención de precios” en los alojamientos turísticos. Lo que significa un buen dato también puede verse respaldada esta idea de lo que puede suceder en un futuro por la situación que se está viviendo en el norte de África, algo que también valoran los empresarios del sector “eso, es también verdad, a nosotros también nos favorece esa circunstancia”.

Relación con los vecinos
A propósito de esa llegada masiva que se espera como cada temporada, desde ASHAL siguen queriendo tener tino a la hora de montar las terrazas que más de un quebradero de cabeza ha traído, tanto para los profesionales del sector como para los sufridos vecinos, sobre todo del Casco Histórico. Diego García afirma que su posición es la de “tender la mano a los vecinos y atender sus dudas y todo lo que nos puedan plantear en cuanto al funcionamiento” de estas terrazas. Siempre “desde una posición lógica y coherente para no mermar el número de puestos de trabajo que conlleva tener las terrazas en las calles y plazas de Almería”, asegura. Para nadie es un secreto que uno de los principales atractivos de nuestra ciudad es la posibilidad que ofrece de disfrutar del buen tiempo, “las terrazas claro que son positivas porque ese valor que tiene Almería debemos explotarlo”.

Pero para poder montarlas, los empresarios “planifican” desde tiempo antes cómo puede ser la temporada. De hecho, “ya se están perfilando las plantillas de trabajadores para este verano con camareros, limpiadoras de piso o personal de cocina” para poder dar servicio “a la gran afluencia de turistas que esperamos llegue este verano”.

Reducir el ruido
Aunque el tema de los ruidos es donde hay que trabajar más porque los empresarios reconocen que “España es un país ruidoso”, el segundo del mundo después de Japón, y a Almería le pasa igual. Así que ASHAL asegura que “tenemos que comprender a todos y por eso entre todos vamos a trabajar por poder bajar el tono”. De hecho, ya se está trabajando en una campaña, a través de la Mesa del Ruido, para concienciar de la necesidad de que los que disfrutan no perjudiquen a los vecinos y sus horas de descanso. Los hosteleros tienen claro que además “los vecinos son siempre nuestros mejores clientes” y por eso asegura que se tiene que ver a los hosteleros “como un valor añadido para esta ciudad, no como a un enemigo”.

También es necesario que a ese trabajo con las asociaciones de vecinos se les sume el apoyo de las administraciones públicas porque “hay que tener claro qué clases de turismo es el que queremos que venga a Almería”. Los hosteleros abogan por mantener esa fórmula de turismo “familiar y tranquilo” porque “ni la capital ni la provincia es Magalluf”.
Esa línea es, en su opinión, la “acertada” porque se trata de turistas “que vienen a descansar de su año de trabajo principalmente, pero el Ayuntamiento de Almería también tiene mucho que decir”.

Actividades en los barrios
En ese sentido, los empresarios sí apuntan a que las quejas de los vecinos del Casco Histórico son entendibles ya que “están saturados de actividades lúdicas” por eso piden al ayuntamiento “que pueda plantearse repartir todas esas actividades por el resto de la ciudad”. Recuerda que “otras zonas de la capital reclaman actividades lúdicas de ese tipo que complementen esos lugares mientras que los vecinos del centro reclaman que les saquen algunas de allí”. 
ASHAL también aboga por conseguir que la temporada de verano “sea más larga y nos gustaría que se pudiera activar el plan de playas prácticamente para todo el año, que  estén en óptimas condiciones de baño y uso y que sean referente en toda la península ibérica y que la gente pueda disfrutar de la gastronomía las terrazas y los bares de Almería”. Pero claro, “siempre respetando esa convivencia entre turistas y vecinos”.