Pilotan un programa para mejorar heridas crónicas
Almería forma a su enfermería para atender úlceras graves

Juan Francisco Jiménez García forma a enfermeros en un curso del Colegio de Almería.
Almería se sitúa como una de las tres provincias andaluzas en las que la Consejería de Salud de la Junta ha puesto en marcha un pilotaje dirigido a implantar la formación de enfermeros de Atención Primaria en la cura y el cuidado de heridas crónicas complejas. Juan Francisco Jiménez García es enfermero en el Distrito Poniente de Almería y desde el 1 de junio ha sido delegado como enfermero de práctica avanzada en este tipo heridas crónicas complejas.
Es la figura de Jiménez la referente en Almería (en el Distrito Poniente) para la formación de los profesionales de Atención Primaria en la zona en este tipo de heridas crónicas complejas. También se formará a enfermeros que trabajan en residencias geriátricas y la figura del enfermero de práctica avanzada tendrá también competencias asistenciales, de modo que verá pacientes con heridas complejas que le serán derivados por sus propios compañeros. Igualmente, el pilotaje novedoso tendrá una parte de investigación.
El objetivo, señala Jiménez es ir desarrollando las novedades, las últimas técnicas para que todos los profesionales enfermeros tengan los conocimientos necesarios no sólo para tratar estas heridas que causan mucho dolor y reducen la calidad de vida de los pacientes, sino que además, mejorarán las tasas de cicatrización y, por tanto, curación, y rebajarán las hospitalizaciones relacionada con estos sucesos.
No en vano, son cerca de 100.000 los nuevos casos de heridas crónicas complejas que se observan en España cada año.
Formación en el Colegio
Jiménez es también formador en cursos sobre atención a úlceras por presión y heridas por roce o humedad en el Colegio Oficial de Enfermería de Almería. Acaba de impartir un curso semipresencial con lo último para atender, curar, pero también prevenir, este tipo de heridas crónicas complejas. El lema, entiende Jiménez que es, no sólo curar, también cuidar. Y ahí entra en escena la prevención. Se hace, por tanto, mucho hincapié en cambios posturales, utilización de escalas validadas para valorar el riesgo de cada paciente, en la mejora y el cuidado de la piel, en el manejo de la presión a través de almohadas o cojines, en la protección local de las articulaciones que están sometidas a presión constante, en el estado nutricional del paciente y en otras cuestiones.