Payasos con sangre almeriense
Conchita Lengo Bernabé, una niña bien de la capital, se casó con Zampabollos, el tío de Gaby, Fofo y Miliki . Era hija de Arturo Lengo, presid

De izquierda a derecha los payasos Pompoff, Thedy, Nabucodonosorcito y Zampabollos
Los Aragón, la saga de payasos españoles con más pedigrí, entre ellos el entrañable Miliki, tienen un brote de parentesco almeriense: Los Lengo, una familia procedente de Italia que llegó a Almería, concretamente a Garrucha, como escribientes del vicecónsul inglés Jorge Clifton Pecket en el Palacio de Vista Alegre.
Arturo Lengo fue un personaje de leyenda, casado con doña Cueva Bernabé, que trasladó su residencia a Almería, donde fue presidente del Club Náutico, parralero, exportado de hierros, impulsor del ferrocarril, vicecónsul de Grecia y campeón de tiro de pichón
Se batió en duelo con su homólogo británico Alejandro Harrison por un asunto de abastecimiento de aguas y resultó herido en el pulmón. Su mujer era una gran aficionada al cante flamenco y solía amenizar con la guitarra las veladas de la alta sociedad almeriense de principios del siglo pasado.
Un día de domingo, avanzado un poco más el siglo, llegó a la ciudad el circo de los payasos más renombrados del momento: Pompoff Thedy, Nabucodonosorcito y Zampabollos y una de las hijas de Arturo y Cueva, Conchita Lengo Bernabé, se prendó de este último cómico con el que contrajo nupcias.
Nariz de fresa
Emilio Aragón Domínguez (Zampabollos) había sucedido a su padre el mítico Thedy en los escenarios. Al igual que años después Emilio Aragón ‘Miliki’ heredó la nariz de fresa de su progenitor, Emilio Aragón Foureaux alias Emig, al igual que sus hermanos Gaby y Fofó. La almeriense Concha Lengo, se convirtió, por tanto, en tía de toda esa generación de payasos de la tele que han marcado con el hierro de la risa y las canciones a varias generaciones de niños españoles.
Zampabollos y Concha tuvieron un hijo, Arturo Aragón Lengo, con sangre almeriense, pero murió en 1948 con tan solo cuatro años. No tuvo, al contrario que las otras ramas familiares, continuación en los escenarios. Zampabollos, que se alistó durante la Guerra en el ejército republicano, recorrió medio mundo con su esposa almeriense, formando un cuarteto con su tío Pompoff, con su padre Thedy y con su primo Nabucodonorcito, hijo, a su vez, de Pompoff.
Una dinastía
La familia Aragón procede de la burguesía granadina del siglo XIX. Uno de los hijos Gabriel Aragón Gómez, estudia carrera eclesiástica, pero llega el gran circo Foureaux con su espectáculo de caballos y se enamora de Virginia la hija del empresario. Entra a trabajar con el suegro y funda la dinastía de payasos con el nombre de El Gran Pepino. La pareja de cómicos tiene quince hijos y la mayoría de ellos sigue la tradición artística del padre. La fama de los payasos Aragón estaba ya extendida por toda Europa, sobre todo a partir de la I Guerra Mundial.
Zampabollos y su mujer, la hija del almeriense Lengo, se establecieron en La Línea de la Concepción, pero fueron asiduos visitantes de Almería, a ver a los suegros, a pasear por el boulevard, por el Parque, a preparar espectáculos musicales.
Emilio Zampabollos fue un reputado pianista, el más serio del grupo de cómicos, el antecedente de su sobrino Gaby que años después actuó sobre el añejo plató de Televisión Española, en Prado del Rey, en aquellas tardes de pan y chocolate que los niños se las pasaban mirando la pantalla en blanco y negro, al igual que haría su tía almeriense desde una butaca de su casa madrileña donde acabaron sus días.
Una bailaora de la familia acabó en Chipre
Maruja Lengo Ramayo fue otra pariente de la saga de los Lengo almerienses que triunfó sobre los escenarios. Nació en Garrucha en 1937 y se hizo cantante y bailarina en los años 50. Desde pequeña le gustaba cantar y bailar. Aprovechando su estancia en Granada desde los 8 años, tras la pérdida de su padre, comienza a estudiar en una academia y simultanea los estudios primarios en el colegio de La Alhambra con los cursos de cante y baile. A los 19 años acude a Madrid y en otra academia conoce a la actriz Carmen Minerva quien le propone trabajar con ella en una compañía que iniciaba un recorrido por varias capitales europeas. Después trabajó con Enrique el Sevillano, Gracia de Triana, los Chavalillos de España, Tomás de Antequera y el grupo teatro económico Fantasía en el ruedo.
Su estilo musical se basaba en la canción folklórica, dominando las rumbas, los pasodobles y los tanguillos. Abandonó los escenarios muy pronto, con 23 años, y dos años después se casó con un chipriota y se fue a vivir a esta remota isla. Allí vivió vivió conflictos políticos y golpes militares de distinta índole. Ya con hijos y nietos, tras varios viajes a su tierra natal, siempre mantuvo intactas las ganas de volver a actuar. Se sentía como un pajarillo encerrado en una jaula de oro en esas condiciones. Maruja quiso siempre triunfar por sus cualidades artísticas y no por su exótica belleza heredada de una saga de italianos afincados en tierras almerienses.