La primera edición de la ‘Iberorace’, que se celebró en al mañana de ayer domingo en Almería, fue todo un éxito de participación. Más de 700 personas se inscribieron y participaron en esta divertida carrera de obstáculos, que se celebró en los alrededores del Estadio Mediterráneo.

Bajo un sol de justicia, los participantes -en su mayoría jóvenes- disfrutaron y “sufrieron” de los ocho kilómetros de carrera y de los numerosos obstáculos que se fueron encontrando mientras avanzaban por su recorrido.

Íberos  La ‘Iberorace’ se planteó como una carrera diferente y divertida, con música y mucha animación. Pero también fue una prueba de esfuerzo, agilidad, habilidad y, sobre todo, mucho espíritu de superación, tal y como señaló su organizador, Alberto Tonda. Y es que todos los participantes, al igual que los íberos, aquellos pobladores de hace siglos que dieron nombre a nuestra península, tuvieron un “espíritu aguerrido y esforzado”.

La prueba estuvo basada en los entrenamientos en pista americana. Durante los ocho kilómetros de prueba, los participantes tuvieron que enfrentarse a más de una veintena de obstáculos antes de alcanzar la meta: saltos de muros, escalada de pirámides, salto de neumáticos, carga de bloques, etc.

Un circuito, sin embargo, que a pesar de todos estos obstáculos, no fue de extrema exigencia, tal y como explica Alberto Tonda. “Es una carrera asequible, simplemente hay que saber dosificarse”. Y así lo hicieron muchos de los corredores.

Los primeros realizaron el recorrido en apenas cuarenta minutos. Otros se lo tomaron con más calma: emplearon en completarlo cerca de dos horas. Y es cada uno marcó su ritmo...

Premios Tras la conclusión de la carera, la organización repartió camisetas a todos los participantes y se entregaron los premios: trofeos, sesiones de spa y de baños árabes y cenas en los mejores restaurantes de Almería. Asimismo, el resto de los participantes entraron un un sorteo de bicicletas o cámaras fotofráficas. Durante la jornada de ayer domingo también hubo espacio para los más pequeños, con una prueba para niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, especialmente diseñada y adaptada para ellos.  Ellos fueron los ‘pequeños íberos’.

Críticas Algunos participantes, como Antonio García, criticaron a la organización porque durante la carrera no se repartió el preceptivo avituallamiento y “una de las áreas no se encontraba abierta cuando llegaron los primeros corredores”.