Almería, a la cola de España en tecnología diagnóstica
Desde el PP de Almería critican el hecho de que los pacientes oncológicos tengan que ir a Granada a hacerse un PET

Acelerador lineal de Radiología de Torrecárdenas.e;clip:rect(4
Las cifras hablan por sí solas: Almería está a la cola en alta tecnología diagnóstica de toda España. Para cubrir toda la demanda asistencial hay ocho TAC, dos aparatos de Resonancia Magnética (RM) , una bomba de Cobalto (BCO), una gammacámara (GAM), dos angiografías por sustracción digital (ASD), cinco mamógrafos, dos densitómetros óseos, 77 equipos de hemodiálisis y dos aceleradores de partículas.
Es más, no hay ni un solo tomógrafo por emisión de positrones (PET) ni tomógrafo por emisión de fotones (SPECT), tampoco hay ninguna máquina de litotricia por ondas de choque (LIT), ni sala de Hemodinámica (HEM), que son imprescindibles para determinados diagnósticos.
Son datos oficiales del Catálogo Nacional de Hospitales 2013 realizado por el Ministerio de Sanidad con datos facilitados por el Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía sobre los hospitales públicos. Estos dispositivos, sistemas y equipos reducen la estancia en los hospitales, están generando menor coste al sistema, son más efectivos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y, por ello, mejoran la eficiencia del sistema. Los avances tecnológicos mejoran la asistencia sanitaria colaborando decisivamente en la obtención de diagnósticos cada vez más fiables y terapias más precisas.
En el caso de Almería no es ninguna novedad que se cuentan por miles los pacientes que para realizarse una prueba tan importante como el PET tienen que desplazarse hasta Granada.
Una inversión, dice el PP A la parlamentaria andaluza del PP Rosalía Espinosa los datos no hacen más que insistir en que la provincia está en alta tecnología sanitaria “a la cola de toda España.
“Vemos que la Consejería no ha valorado los beneficios sobre la salud de los pacientes de contar con estos medios y no ha pensado en el ahorro que sería contar con esta tecnología, porque al final hay que trasladar a los pacientes y, además, esta tecnología cointribuiría al bienestar del paciente porque habría mejores y más rápidos diagnósticos”, señala. Pone como ejemplo el caso del PET, una tecnología que “es imprescindible para imponer un tratamiento más exacto al paciente oncológico y para conocer si el efecto deseado es el que se produce. Desde la primera dosis de quimioterapia, gracias al PET se puede conocer como responde el paciente”, añade. Por ello insiste en que “esa inversión, supondría al final un ahorro, pues lo invertido se amortiza muy pronto en todos los aspectos”. “Esta inversión la pedimos ya, y volvemos a pedirla”, afirma Espinosa.