Una promotora ha vendido ya siete de las ocho nuevas viviendas que está edficando junto a la circunvalación del Mercado Central, la zona de relumbró en los últimos años en el centro de la ciudad. Se trata de Lovpan, administrada por el arquitecto Martín Van Gelderen Grether, con la asistencia como director de obra de Gonzalo Ramírez y la constructora Hegasa, que tiene de fecha de final de promoción noviembre de 2026. Solo queda una vivienda sin propietario con unos precios que han partido desde 190.000 euros la más barata. Se trata de casas de 1 y 2 dormitorios, duplex y locales comerciales. Se ha mantenido la estructura antigua del edificio donde residió el historiador y fundador a principios del siglo XX de la Sociedad de Estudios Almerienses, Juan Antonio Martínez de Castro, que da nombre a la calle.

Su pariente, el profesor y poeta Juan José Ceba, explica que la vivienda del insigne intelectual almeriense tenía un patio interior con un pozo seco, donde durante la Guerra Civil escondió su valiosa Historia de Almería, una obra monumental a la que había dedicado gran parte de su vida. Al intentar recuperarla tras la contienda fue imposible porque las aguas habían vuelto y habían anegado el interior del pozo y los valiosos escritos de Martínez de Castro. Hasta hace unos años, en los bajos de esa casona estuvo una sombrerería, justo enfrente de la que hoy aún sobrevive desde 1936, la sombrerería Martínez y del bar de copas Camerino.

La zona del Mercado Central, la denominada Circunvalación de Ulpiano Díaz, célebre apoderado taurino que tenía allí su oficina, se ha convertido en un gran área de ocio nocturno.

En el mismo entorno donde Ulpiano Díaz, el célebre apoderado taurino, salía de madrugada a pasear con su capa española, medran ahora, como una buganvilla gigante, locales de copas que se han apoderado del protagonismo del ocio nocturno en la capital almeriense.

Es evidente es que los hosteleros del Mercado han lanzando un órdago en el ambiente nocturno del centro de la capital. Se apoyan, para esta óptima aceptación, en la instalación de unos recintos modernos en un entorno antiguo convenientemente aseado, pulido, pero conservando los elementos arquitectónicos de siempre, en ese histórico pasaje donde brotaron antiguamente los frondosos Jardines de Orozco.