Calar Alto 'caza' un asteroide y dos bolas de fuego en una semana
Un asteroide de hasta 290 metros y dos bólidos encendieron el cielo de septiembre, captados por las cámaras y telescopios del observatorio almeriense

Bólido de fuego avistado por el Observatorio Calar Alto el 26 de septiembre
El Observatorio de Calar Alto, en la Sierra de los Filabres, ha sido testigo privilegiado de una auténtica racha cósmica. En apenas una semana y un día, sus telescopios y cámaras externas han registrado el paso cercano de un asteroide de más de 100 metros y la entrada en la atmósfera de dos espectaculares bolas de fuego. Una sucesión de fenómenos que confirma al complejo almeriense como uno de los grandes vigías del firmamento europeo.
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Elena Ortuño
El primero de los eventos llegó el 18 de septiembre, cuando el telescopio de 1,23 metros, en colaboración con el centro aeroespacial alemán DLR, siguió la trayectoria del asteroide 2025 FA22. Con un tamaño estimado de entre 130 y 290 metros, pasó a más del doble de la distancia que separa la Tierra de la Luna.
Su velocidad aparente en el cielo era tan alta que avanzó lo equivalente a cinco lunas llenas en una sola hora. El seguimiento, coordinado por Nicolás Morales, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), incluyó 50 exposiciones de un segundo. Este tipo de observaciones forman parte del entrenamiento internacional de la ESA (Agencia Espacial Europea) y la red IAWN (Red Internacional de Alerta de Asteroides) para mejorar la preparación científica y planetaria frente a posibles riesgos.
Bolas de fuego
Tres días más tarde, el 21 de septiembre a las 20:27 UT, el cielo volvió a encenderse. Una de las cámaras externas de Calar Alto captó un bólido asteroidal que entró en la atmósfera a 73.000 km/h. El objeto comenzó a desintegrarse a 87 kilómetros de altitud y se apagó sobre los 40, dejando una estela de fuego visible incluso desde Portugal. El análisis del fenómeno se desarrolla dentro del Proyecto SMART, dirigido por el astrofísico José María Madiedo.
La serie continuó el 26 de septiembre, cuando otra bola de fuego iluminó la noche y quedó registrada por las cámaras del observatorio. Este tipo de destellos fugaces son valiosos porque permiten estudiar tanto la composición de los objetos que atraviesan nuestra atmósfera como el modo en que interactúan con ella.
Centinela del cielo
Estos registros refuerzan el papel de Calar Alto como centinela del cielo. Con más de 2.100 metros de altitud y condiciones de observación privilegiadas, su red de telescopios y cámaras vigila el firmamento con una precisión que lo sitúa entre los centros más relevantes de Europa. Como recuerdan los astrónomos, “a más de 600 kilómetros de distancia, no se nos escapa nada”.
Más allá de la espectacularidad de las imágenes, estas observaciones cumplen una función esencial: entrenar la capacidad de la comunidad científica para identificar, seguir y comprender los objetos cercanos a la Tierra. En un tiempo en que las agencias espaciales refuerzan la defensa planetaria, los datos obtenidos desde Almería se convierten en una pieza clave. Calar Alto no solo observa las estrellas: protege nuestro futuro bajo ellas.