La Voz de Almeria

Almería

El ilustre Martimar ya tiene su placa en la calle donde nació

La Asociación del Casco Histórico de Almería esculpió un recuerdo a su memoria en la calle de La Reina

Acto de homenaje a Martimar, con la placa aún sin descubrir detrás, en una foto de José J. Mullor.

Acto de homenaje a Martimar, con la placa aún sin descubrir detrás, en una foto de José J. Mullor.

Manuel León
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A él, al protagonista ausente, le hubiera gustado el gesto; el gesto de la Asociación del Casco Histórico de poner una placa con sus nombres de pila y de plomo en la calle de la Reina, en la antigua rambla de Gorman; le hubiera agradado a Martimar, a Volapié, a Juanito, ver cómo en la puerta en la que nació, en el arcaico 1905, está ahora su recuerdo grabado en un azulejo: “Al ilustre almedinero, Juan Martínez Martín”. Fue uno de esos actos en los que Almería, al menos la Almería antigua/la Almería de siempre, saldó una deuda con uno de los gacetilleros más copiosos de la historia periodística de la ciudad.

La vida de Almería -al menos parte de la vida de Almería desde los años 20- la contó este periodista laborioso durante casi 50 años en aquellas resmas de papel ungidas en las linotipias. Primero en La Crónica Meridional, después en Mediterráneo, El Heraldo, La Voz y Yugo, reconvertido en 1962 en La Voz de Almería, su periódico, el periódico al que le dedicó el cuerpo y su alma, y donde le fue brotando una generosa miopía de tanto escribir y corregir, primero con tintero, después con Olivetti.

Su pasión era contar -dá igual lo que fuese: una corrida de toros, una obra de teatro, un nuevo libro de Villaespesa, el ambiente de los cafés- pero contar con pulcritud, con estilo depurado, con elegancia.

Era un virtuoso de la lengua, Martimar, ahí están sus crónicas en la hemeroteca de este periódico, una especie de Delibes a la almeriense, deteniéndose en las cosas sencillas, eternizando lo pequeño. Sus escritos han servido como fuente documental de muchos libros sobre la historia reciente de Almería, en aquella redacción de la calle General Segura donde Martimar trajinaba con sus folios junto a otros compañeros como Caparrós, Manuel Soriano, Manolo Román o Diego Domínguez, entre otros. 

Magdalena Cantero, presidenta del Casco Histórico, se refirió a ese carácter de periodista comprometido, trabajador, cumplidor y vinculado a su barrio natal; José Manuel Bretones habló de su papel como ariete en la Asociación de la Prensa, de la que fue varias décadas vicepresidente, y como fundador de La Hoja del Lunes. Sus hijos, Paco y Aurea, se refirieron a su labor como padre, como persona, como trabajador incansable, como almeriense de pro, este Martimar, este Volapie, que se dedicó toda su vida a eso tan sencillo y difícil a la vez como es ver y contar con honestidad, como servicio público, sin alharacas ni tragicomedias, sin hacer más ruido del preciso.

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