Las obras para desmantelar el puente que salvaba las vías del ferrocarril en la Avenida del Mediterráneo entran ya en su cuarta semana. Un tiempo de trabajos sin descanso para que, poco a poco, a través de las cizallas y el martillo, se vayan eliminando los kilos y kilos de hormigón armado que conformaban esta infraestructura de los años ochenta.

Gracias a esta labor a día de hoy en toda la zona central del puente, sobre la que se está trabajando actualmente, ha quedado prácticamente en la estructura. Así, siguiendo los planes que en su momento explicaron los técnicos al anunciar las obras, primero se procedió a eliminar todos los servicios que pasaban por el puente como la iluminación, semaforización y las barandillas que aportaban seguridad a este tramo más alto.

Fases

Después, el siguiente paso consistió en ir picar todo el asfaltado del puente para, acto seguido, proceder a la eliminación de la parte central hasta alcanzar lo que hoy se puede ver: dejar solamente en alto lo que serían las calzadas.

A partir de ahora lo que toca, siempre siguiendo el criterio dado por los técnicos hace semanas, es el desmontaje arcada por arcada. Así, se realiza una eliminación por trozos de unas 150 toneladas teniendo en cuenta que son siete pilares y ocho vanos los que conforman la infraestructura.

Hay que tener en cuenta que precisamente para ir procediendo a este desmontaje se procedió el pasado 25 de junio a cortar el tráfico también bajo el puente en la Avenida de Monserrat. Un corte que está previsto que cuente con una duración de dos meses.

Los planes que en su día se transmitieron sobre la realización de estas obras de desmontaje de este viaducto situaban en tres los meses necesarios para que desapareciera en su totalidad. Eso sí, una cosa es la obra de eliminación y otra la reapertura de esta vía al tráfico. Y es que, una vez que acabe esta fase de los trabajos hay que proceder a la construcción de la ‘nueva’ Avenida del Mediterráneo. Para que esto sea una realidad el plazo establecido es mucho mayor: marzo de 2026.

Bien es cierto que, tal y como ya ocurriera con los otros grandes hitos de las obras del soterramiento, a pesar de los cambios que suponen para la movilidad de la ciudad, no están provocando grandes problemas de tráfico.

Comportamiento

Mucho miedo generaba el cierre al tránsito del viaducto que ejercía de conexión fundamental Norte-Sur de la ciudad junto a la Rambla de la capital y Carretera de Ronda. Pero los recorridos alternativos establecidos han funcionado desde el primer momento con itinerarios algo más largos pero que, salvo horas punta, no han causado demasiados problemas ni colapsos de circulación.

Algo similar ha ocurrido tras el cierre de la Avenida de Monserrat que podría haber conllevado un problema importante para la movilidad, y sin embargo, desde el primer momento, salvo horas punta, el tráfico ha sido fluido en la zona. Y es que los almerienses, que vivimos actualmente entre obras, estamos aguantando con paciencia y haciendo caso a las recomendaciones.