Facebook lleva tiempo convertido en una jungla, y ya no solo por las numerosas polémicas relacionadas con privacidad de datos, desinformación y falta de control sobre el contenido que se publica. Lo que podría corresponder a golpes de Estado o elecciones presidenciales también está presente en la provincia de Almería, en comunidades que se han agigantado con el paso de los años. En grupos como ‘Me gusta la Alpujarra’, ‘El Ejido Última Hora’ o ‘Amigos de las playas de Almería’ —que orbitan los 100.000 miembros— conviven cada día felicitaciones de cumpleaños, fake news y discursos de odio.

Es de necios generalizar: la gran mayoría de los miembros de estos grupos están para informarse de lo que pasa en su entorno y crear comunidad. De hecho, en casi todos hay administradores responsables que piden seriedad y respeto a los usuarios, aunque no siempre es efectivo. En las decenas de grupos existentes aparecen mensajes de buenos días, humor naif, mascotas en adopción, compraventa de casas, gente buscando trabajo y hasta oraciones cristianas. 

Sin embargo, el anonimato de las redes sociales y su repercusión convierten estos lugares en nichos ideales para quienes buscan aprovecharse de los demás. Por ello, es habitual encontrar ‘remedios milagrosos’ para bajar 20 kilos de cara al verano, prestamistas que prometen "no más preocupaciones”, estafas, desinformación y racismo, en un panorama en el que la IA poco a poco se abre paso.

Estafas y prestamistas

“A TUS ATENCION AMIGOS !!! Tómese el tiempo para leer. Les informo a todos ustedes que están buscando un préstamo de dinero entre particulares para finalmente salir de las dificultades que ocasionan los bancos por el rechazo de sus expedientes de solicitud de crédito, ahora no más preocupaciones”, reza una publicación en uno de estos grupos, que añade un número de teléfono que invita a continuar la conversación por WhatsApp, y añade: “transmita la noticia a sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo y parientes y a cualquier otra persona que necesite ayuda con un préstamo de crédito”.

“Buenos días. Soy una persona dispuesta a prestarte dinero, con un interés del 3% anual, por un periodo de 1 a 15 años”, publica otro usuario, que también añade número de teléfono. “Holà. Ofrecemos ayuda financiera o préstamo a quien la necesite. El objetivo común es animar y apoyar a las personas con dificultades económicas y contribuir a la realización de proyectos de interés de todo tipo. Le interesa? Póngase en contacto conmigo en privado”, añade otra cuenta. Este tipo de anuncios han crecido considerablemente con el paso de los años en las comunidades.

Otro tipo de estafas están relacionadas con los servicios de cercanía, como el caso de un carpintero del Poniente almeriense, tal y como relató este medio hace unos meses. Según las denuncias presentadas contra el carpintero metálico, las víctimas habrían abonado anticipos de 3.300 y 6.000 euros, respectivamente, por la reparación del techo de una vivienda afectada por la DANA en El Ejido y por la retirada de una chapa para el cerramiento de una terraza en Adra. En ambos casos, se entregó el 50% del presupuesto pactado a raíz de un anuncio en Facebook, pero los trabajos nunca llegaron a realizarse.

‘Remedios milagrosos’

Los grupos de Facebook son una oportunidad para quienes buscan aprovecharse de la necesidad del resto. Ahora que el verano está a la vuelta de la esquina, proliferan los ‘remedios milagrosos’ que garantizan un “cuerpo diez” para lucir en la playa.

"La ausencia de profesional cualificado detrás de este tipo de dietas hace que se ponga en peligro la salud de la persona"

“Dentro de potenciales dietas milagro y remedios mágicos, se popularizan dietas extremas que pueden generar déficits nutricionales. Se consideran un motivo de inicio de trastornos de conducta alimentaria”, asegura la Dra. Carolina González, dietista y nutricionista en Almería capital, que añade: “hay gente que me dice que le han recomendado un suplemento o lo ha visto en redes sociales, pero no tienen cuenta su historial médico. Esa ausencia de profesional cualificado detrás de este tipo de dietas hace que se ponga en peligro la salud de la persona”. Por descontado, asevera, los fármacos ‘para adelgazar’ siempre deben estar “prescritos por un médico”.

Desinformación y odio en Facebook

“Cómo le explico a mi padre que después de cotizar durante 50 años su pensión de jubilación sea de 900 euros y que un tío que no ha cotizado ni un día se va a llevar más de 1.000 euros al mes”, publica un colaborador, introduciéndolo con “basado en hechos reales”. Este tipo de contenido es habitual en redes sociales, pero más aún en Facebook: ‘información’ sin ningún tipo de fuente ni argumento, más allá del “me han contado” o el “esto está pasando”, enfocada principalmente a generar el caos y el odio entre los receptores.

En otra publicación encontrada en uno de estos grupos, en este caso un vídeo, aparecen varios ertzainas en lo que parece ser un desalojo grabado con un móvil. “Dos años con su casa okupada y los policías en vez de echar a los okupas van contra la pobre mujer propietaria enferma que está en la calle y no puede más con esta situación”, dice el texto. Esta publicación acapara casi 400 comentarios y ha sido compartida más de 600 veces.

Facebook ha sido señalado por su incapacidad para controlar la desinformación. Según reportes, la plataforma no ofrece los mismos niveles de moderación ni sistemas de seguridad en todos los idiomas, lo que deja a muchos grupos vulnerables a la propagación de noticias falsas y teorías conspirativas. 

Del mismo modo, un macroestudio académico publicado por la revista Science, bajo el nombre Asymmetric ideological segregation in exposure to political news on Facebook llegó a la conclusión de que la desinformación en Facebook es consumida de forma desproporcionada por usuarios de ideología conservadora, lo que contribuye a la polarización, y es que, según resume, el algoritmo de la plataforma tiende a priorizar y amplificar contenidos polémicos o extremos, incentivando la participación a través de la indignación y la rabia.

Muchos son los estudios y los teóricos que han puesto este fenómeno sobre la mesa, alertando de sus nefastas consecuencias. Sin ir más lejos, Salvador del Barrio, catedrático de la Universidad de Granada, aseguraba esta misma semana que “nos encontramos ante una situación grave en la que la sobreinformación está generando, en muchos casos, desinformación, malentendidos e incluso decisiones basadas en datos falsos o sesgados, con el consiguiente peligro que este fenómeno supone en la salud pública”. 

Del mismo modo, la Universidad de Almería también cuenta con trabajos en este campo como Fenómeno de la desinformación: reflexiones, casos y propuestas.