Por qué se convierte una almeriense al islam: “Lo veía rezando y me enamoró”
Testimonios de varias mujeres de Almería explican las motivaciones para convertirse al islam

Imagen de archivo de mujeres musulmanas en un mercadillo de la provincia de Almería.
No hay datos exactos y, por lo tanto, no se sabe si son muchos o pocos. Pero existir, existen. La Junta Islámica cifraba hace unos años en 200.000 los conversos al islam, también llamados 'neoconversos', en España. Con mayor o menor vinculación con el cristianismo, pero en cualquier caso de origen español y educadas en una sociedad judeocristiana, hay personas que abrazan la religión de Mahoma. ¿Cuál es el motivo? ¿Qué lleva a alguien a la conversión al islam? Los testimonios de mujeres de Almería que han recorrido ya ese camino pueden dar respuesta a esta (y otras muchas) preguntas.
Los testimonios los recoge un estudio publicado por la Universidad de Almería realizado por Laura Gemma Flores García que, con el título 'Neoconversas y sociedad líquida' explora las causas que llevan a una mujer católica a convertirse al islam. Para dar respuesta a esta gran incógnita, la autora recurre a mujeres neoconversas. Entre las entrevistadas se habló con cuatro universitarias, una estudiante de educación media y una de educación técnica, además de amas de casa.
Obviamente, no existe una única respuesta, ni hay una verdad matemática sobre la conversión al islam. Pero sí hay ciertos modelos que se repiten en base a los testimonios recogidos. De hecho, uno de ellos tiene que ver con el amor. "Cuando los relatos iban dibujando un patrón se observó que el tema de la pareja jugaba un elemento central en la conversión", explica la autora del estudio.
Neoconversas por amor
No se trata de la única motivación para acudir a la lectura del Corán, ni empezar a usar 'hijab', pero influye en no pocos testimonios. "Nuestro profesor de filosofía nos hizo que investigásemos un trabajo de campo sobre la inmigración en Almería. (...) Entonces ahí conocí al que ahora es mi marido y surgió primero una amistad y luego sí, pasé de ser su profesora a ser su mujer", explica una de las participantes en el estudio.
De hecho, en el estudio se llega a afirmar que gracias a las entrevistas a varias neoconversas casadas, "se constata cómo paulatinamente se fueron convirtiendo: primero observando a sus esposos, después leyendo un librito que les regalaron, finalmente surge el interés aparentemente genuino y después, la conversión se transformó en una suerte de aprendizaje, comienzan a interrogarlos hasta retarlos para ver quién conoce más el islam".
Ese es precisamente otro de los aspectos que revela el estudio: convertirse al islam tiene cierto punto de reto intelectual. Ya sea por 'vencer' a la pareja en el conocimiento del Corán o bien lograr afrontar la lectura coránica en árabe. "El Corán es un libro muy complicado de leer. Yo soy una neófita, y tienes que saber árabe. He intentado informarme todo lo posible, pero el Corán es un libro que lo lees hoy y el significado que le das no es el mismo que le das mañana", detalla a este respecto otra de las participantes en el estudio.
En cualquier caso, la aparición de una pareja musulmana se presenta como uno de los factores más determinantes en la conversión de una mujer al islam en Almería. "Cuando yo me hice musulmana, lo veía rezando, me enamoró su forma y además me enamoró mucho ese amor que él tenía. Empezamos a vivir juntos, antes de casarnos realmente, aunque él hizo una especie de ritual para sentirse que ya se había casado conmigo", recuerda otra de las neoconversas.
El estudio también plantea como factor relevante la cercanía de Almería con Marruecos: más allá de la presencia de personas migrantes procedentes de Marruecos que traen consigo su fe, la posibilidad de acercarse a la religión de Mahoma en viajes al país magrebí existe y también se recoge en alguno de los testimonios: "Fue en un viaje a Marruecos. Me convertí porque había mucha más armonía con la naturaleza, por los alimentos, por el estilo de vida, una armonía serena".
El vacío que no llena el cristianismo
En la conversión al islam también juega un papel importante el cristianismo. O, más bien, las grietas que deja la religión de Jesucristo a ojos de las neoconversas. En las entrevistas llevadas a cabo en Almería para el estudio "solo una de ellas dijo haber sostenido una relación fuerte con la religión católica cuando era pequeña, el resto, aun procedentes de familias católicas, dijeron no estar tan atadas al catolicismo" y, no obstante, un buen número de testimonios hacen referencia a ciertos vacíos que el cristianismo no llenó y que el islam sí pudo solventar.
Mientras algunos testimonios hablan de "una búsqueda de espiritualidad que quizás había perdido en la religión católica", otras neoconversas explican la falta de conocimiento de una religión a la que, en cierto sentido, pertenecían: "Yo era católica, aunque sabía muy poco; de hecho, ahora que lo pienso no me enseñaron tanto".
Así, el desinterés de las propias familias en la educación en valores cristianos o incluso conocimientos teológicos propios del catolicismo dejaron la puerta abierta a que, ante la inquietud de lo espiritual, el islam irrumpiera con fuerza en la vida de mujeres de Almería que, por un motivo u otro, tenían cerca, en su entorno, accesibilidad a la religión musulmana.
Y, por si fuera poco, el estudio señala otro motivo al comparar ciertas cuestiones de una y otra religión: la falta de intermediarios en el islam le da puntos a ojos de las neoconversas. "Cuando yo me confesé en mi primera comunión no me sentía cómoda; esa persona me decía que estaba perdonada, pero Dios... No se sabe. Y en el islam, rezar es comunicarte con él. En cambio, en la religión cristiana estás contando tus cosas a una persona", explica desde su perspectiva una de las mujeres de Almería.
Felicidad e islamofobia: la cara y la cruz
Llegados a este punto en el que se han desgranado algunos de los testimonios del estudio, cabe preguntarse si el cambio ha sido para mejor. Y, como todo, depende del punto de vista.
Por una parte, si bien ninguna de las entrevistadas llegó a afirmar que es feliz gracias a convertirse al islam, sí que se recogieron algunas expresiones que indican su bienestar espiritual. "Era la más feliz", "me sentí bien conmigo", "ahora estoy bien", "no me había sentido así" son algunas de estas expresiones.
Sin embargo, el propio texto académico plantea que "las neoconversas son observadas como alguien que ha perdido la cabeza, que no tiene bases sólidas o que se atreven a desafiar el estatus quo". Porque la otra cara de la moneda es una intensa lista de inconvenientes que afrontan las neoconversas.
Uno de ellos es la familia, que no siempre acepta de buen grado la conversión. "Yo a mi familia se lo he escondido mucho tiempo", reconoce una de las participantes en el estudio. Otra, afirma que "no sé de dónde he sacado fuerzas, estoy rodeada de pura gente cristiana", explica tras denunciar que desaparecieron su Corán y sus apuntes para rezar. Y también se plantea que ese rechazo familiar añade algo más de emoción al reto de la conversión: "Cuanto más negativa es la reacción de la gente, más te afianzas en tu decisión", explica otra de las mujeres entrevistadas.
Miradas indiscretas, demasiadas preguntas de curiosos y algo de islamofobia son los aspectos negativos que destaca el estudio, que entre otras conclusiones expone que las neoconversas "han encontrado en el islam algo que no les generó la religión católica: seguridad, paz, respuestas y espiritualidad".