No habían dado aún las 10.00 horas de este lunes, 20 de enero, cuando la Policía Nacional junto a operarios de ADIF llegaban a la calle Ferrobús para llevar a efecto el desalojo de las cinco ultimas familias que seguían resistiendo en las viviendas que en otro tiempo fueron para los ferroviarios.

Con mucha tranquilidad, apenas había más revuelo que el de los curiosos que observan desde el puente de la Avenida Mediterráneo, fueron sacando en furgonetas enseres de todo tipo, desde colchones a bolsas de ropa. Un trabajo que las familias que aún habitaban estas casas siguió realizando a lo largo de toda la mañana.

Todo esto mientras los abogados de estas familias, que estaban esperando una paralización cautelar del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), trataba de conseguir en el juzgado de Almería que parara un proceso que no tienen nada claro al entender q no hay un auto en firme que respalde el desalojo. Un respaldo judicial que no consiguieron y que desembocó en que los últimos de Ferrobús tuvieran que marcharse.

Entre esas familias desalojadas se encuentran tres que cuentan con menores a su cargo. Según explican desde el Ayuntamiento de Almería, que se ha hecho cargo de la situación al ser la entidad que cuenta con competencias asistenciales para ello, de forma "provisional" se les ha dado alojamiento en tres entidades diferentes: el Albergue de Inturjoven, el Centro Municipal de Acogida (al que también se ha desplazado otra vecina que vivía sola) y la Casa Nazaret.

Aseguran desde el ente municipal que esta solución "temporal" es el inicio del trabajo para ver otras posibles soluciones al problema. Así, explican que se estudiarán uno a uno los casos de estas familias y anuncian que se están manteniendo contactos con la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) para conocer las posibilidades sobre alquileres sociales. Hay que tener en cuenta que este tipo de situaciones son psicológicamente muy complejas para los menores a los que de pronto les cambia absolutamente la vida al dejar de contar con uno de los pilares vitales, su casa.

Obras

Una vez que a última hora de la mañana terminaban de marcharse de los edificios de la calle Ferrobús estas familias, comenzaron las labores de demolición de estos bloques que hasta este 20 de enero contaban con 40 viviendas.

A partir de ahora la eliminación de estas casas supone un paso más en lo que a las obras del soterramiento se refiere. Así, esto permitirá poder actuar ya en la eliminación definitiva del paso soterrado de La Goleta, y lo que es más importante, poner fecha a la demolición del puente de la Avenida del Mediterráneo.