No habían dado aún las 10.00 horas de este lunes, 20 de enero, cuando la Policía Nacional junto a operarios de ADIF llegaban a la calle Ferrobús para llevar a efecto el desalojo de las cinco ultimas familias que seguían resistiendo en las viviendas que en otro tiempo fueron para los ferroviarios.
Con mucha tranquilidad, apenas hay más revuelo que el de los curiosos que observan desde el puente de la Avenida Mediterráneo, han ido sacando en furgonetas enseres de todo tipo, desde colchones a bolsas de ropa.
Todo esto mientras los abogados de estas familias, que estaban esperando una paralización cautelar del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), trataba de conseguir en el juzgado de Almería que parara un proceso que no tienen nada claro al entender q no hay un auto en firme que respalde el desalojo.
Las últimas familias que seguían aún viviendo en estos edificios estuvieron recogiendo sus pertenencias a lo largo de toda la mañana para, a primera hora de la tarde, proceder a iniciar las labores de demolición.