Con una teatralidad orgullosa, la Policía Nacional de Colombia expone a sus detenidos ante las cámaras de los medios. El resultado de las investigaciones aparece encarnado ante el ciudadano. “Aquí lo tienen”, parecen decir. Y ahí está Michael Steven Arias Villaquirán, al que apodan Juaco los agentes del Valle del Cauca. Pantalón vaquero azul marino, una camiseta blanca y un aparatoso reloj en la muñeca derecha, justo por encima de los grilletes.

Dos policías le sostienen por los antebrazos y, como si fuera plenamente consciente del escenario, Maykol, como aparece en las actuaciones en España, sonríe ligeramente. “Esto no es un juguete”, reza el eslogan de la marca que luce en el pecho. Tampoco un juego.

Cuatro días después, el 8 de febrero de 2021, el director de Asuntos Internacionales de la Fiscalía General de Colombia. Alejandro Jiménez, anunciaba en un vídeo la detención de Maykol, buscado por un delito de narcotráfico en la provincia de Almería. “La Fiscalía General de la Nación ahora con resultados“.

El traficante fue detenido por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol en una operación a principios de febrero en la ciudad de Cali, donde late el corazón de uno de los grupos criminales más importantes del mundo. Ahí se había refugiado tras huir de España.

La Audiencia de Almería le había condenado a ocho años de prisión por liderar el tráfico de cocaína en la provincia de Almería. Luego, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía redujo la sanción a siete años. A las 15.15 horas del 2 de junio de 2016 se dio a la fuga cerca de su vivienda cuando iba a ser detenido por el EDOA de la Guardia Civil posible su vinculación al narcotráfico en la provincia.

No es un capo cualquiera. Se había establecido en Almería junto a su esposa, una miss dominicana, había invertido en inmuebles y tenía un pub en la capital. “Su tipo de vida y la propiedad de varios inmuebles excedía de lo que es habitual en familias con negocios”, según las diligencias judiciales. Su detención se reportó como un golpe de primer nivel contra el tráfico de cocaína.

La búsqueda

Según la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería, Maykol era el responsable de unos dos kilos de cocaína hallados durante la operación. Además, los agentes descubrieron 150 plantas de marihuana en una  vivienda de La Gangosa (Vícar).

La droga tenía un valor de mercado de 300.000 euros y, según las diligencias, los acusados disponían de herramientas para el tratamiento y envasado de la sustancia (se detectaron 695 gramos de cocaína de baja pureza, apenas un 1,04 por ciento, ya cortada y lista para su distribución).

El tribunal condenó a Maykol y, en algún momento entre el recurso y la sentencia definitiva del Supremo, el capo huyó del país. España lanzó una orden internacional de busca y captura e Interpol lo clasificó como “red card”, de máxima prioridad. Las investigaciones le situaron en distintos puntos dentro y fuera de Colombia hasta su captura en Cali este mismo año.

Según fuentes judiciales consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA se ha solicitado su extradición a España para cumplir cada condena por un delito contra la salud pública. “Ya se han iniciado los trámites”, afirmó oficialmente la Oficina de Asuntos Internacionales de la Fiscalía colombiana.

Durante la investigación, los agentes hallaron en los registros una colección de relojes, televisores, teléfonos y ordenadores que “procedían de la ilícita actividad que los acusados realizaban”. Junto a Maykol fueron arrestadas otras tres personas.
Según las diligencias, el capo y sus colaboradores participaban de “una organización para la distribución de cocaína en la provincia de Almería con suministro en Valencia y Madrid”.