Un hombre de pueblo, honesto y bueno
Por los lugares que ha pasado, esa institución ha vivido su época dorada

Posado institucional en La Zarzuela.
"No creo que haya un mejor gestor cultural en este país. Hace 20 años empecé a trabajar con él en el Museo Reina Sofía y desde un primer momentos forjamos una maravillosa amistad de esas de toda la vida. Estoy emocionado por él pues es, ante todo, una buena persona y alguien más que capacitado para asumir esta responsabilidad. Su prudencia y su honestidad son absolutas; el hecho de ser la persona menos sectaria que conozco, supone una rotunda garantía para afrontar ese Ministerio. Mis mejores deseos y toda la suerte del mundo amigo”.
Estas son las palabras que al poco de enterarme de su nombramiento escribí en Facebook desde mi muro para dar públicamente la enhorabuena a Pepe. Son unas pocas frases pero resumen lo que en este pequeño artículo puedo decir de él. Pero además hay que destacar que es una persona, como a él le gusta decir, “de pueblo”: una persona de Pulpí que es un lugar que para todos los amigos que lo rodeamos ha generado un imaginario particular y especial ya que está constantemente en sus conversaciones, ya sea para contar anécdotas de las gentes de allí, para referir vivencias propias o sobre todo para ensalzar la gran cantidad de expresiones propias que usan sus habitantes.
A pocos conozco que sean “de pueblo”, como también lo soy yo, que tanto lo aíren y se recreen en esta condición de esta manera. Por tanto, tenemos un Ministro de Pulpí que es un amante absoluto de Almería y una persona con unas creencias férreas en el ilusionante proyecto socialista que surgió de las elecciones generales de 1980 y que luchó por las mejores condiciones sociales de esta tierra y sobre todo la dotó de una autoestima antes insólita.
Entró en política por convicción absoluta y, debido a la gran responsabilidad con la que afronta cualquier asunto en el que está implicado, su bagaje por las diferentes administraciones por la que fue pasando, lo forjaron en un conocedor de todos los niveles de la administración más complejos en el terreno de la gestión cultural, desde una sencilla concejalía hasta las duras maquinarias kafkianas que rigen los engranajes de una Dirección General de Cultura de un gran Ministerio.
Impresiones de su trayectoria
No quiero contar aquí su currículum, solo pretendo dar mis impresiones a través de lo que he podido ver y observar en los últimos veinte años: por todos los lugares que ha pasado, ya sea un museo ya sea un fundación, esa institución ha vivido su época dorada. Y esto no es una exageración, es algo que se puedo comprobar si uno se acerca y pregunta en esos sitios.
Su gestión se basa siempre en un conocimiento amplio y profundo de la legislación que rige cada administración y de la adecuación de la misma para que evolucione y se acople a las exigencias que marca el presente. Todo esto siempre tendiendo la mano de una manera absolutamente humilde a los mejores y, lo que no es menos importante, tratando por igual a todas las personas que lo rodean, ya sean estos los vigilantes de las salas ya sean conservadores o los mismos gerentes.
Pepe es Pulpí, pero Pepe es Almería de la misma forma. A él se debe que Jose Ángel Valente, el gran poeta del siglo XX, recalase en esta ciudad y la cantase de una manera proverbial y eterna. A él se debe buena parte del impulso de lo que hoy es el Parque Natural Cabo de Gata- Nijar; a él se deben muchas cosas pero sobre todo la creencia de entender que esta tierra hasta hace poco tan olvidada sea un lugar posible.
Conferencias TED
El pasado otoño estuvo en las conferencias TED Puerta de Purchena abogando en su charla por la experiencia artística individual como base de toda cultura. Fue invitado por la gente nueva que está haciendo cultura en la ciudad y el reto lo tomó con más ilusión que si hubiese sido invitado a dar una charla en el MOMA de Nueva York. Y eso es lo fascinante y lo más auténtico en él.
En su intervención, que pueden encontrar fácilmente en Youtube, partía de preguntar ¿Cómo nos sentimos cuando somos publicó? A partir de ahí generó un corto y bello discurso que nos hizo emocionar a muchos pues nos refería a todos, al individuo y a la experiencia individual como base de la cultura. Nos hacía responsables de la obra de creación como la aventura al territorio desconocido que debemos transitar. Nos otorgaba a todos la responsabilidad de ser generadores desde nuestras emociones de toda la cultura. Ahí están sus principios, los que apelan a todos y abren el espectro en contra los convencionalismos instaurados que dan poder al mercado o a la vanidad.
De la misma forma, hace tan solo cinco días, el sábado pasado, inaugurando la plaza Juan Goytisolo, enfrente del Museo Reina Sofía, volvió a dar una corta conferencia junto a Manuela Carmena sobre su amigo Juan y apeló a la mirada hacia los que se esconde en los límites del sistema y a la verdad de los otros, la verdad de los apartados, la verdad de los débiles y la dignidad de los que la historia desplaza de la primera línea. Era Pepe el que hablaba pero logró que estuviese presente a su lado mágicamente Juan Goytisolo, otro que tanto también amó nuestra tierra.
Finalmente, como director de Programas que soy del Centro Andaluz de la Fotografía, otra de las cosas que debemos agradecerle es la donación que nos ha hecho de casi 300 imágenes que Vicente Aranda y el propio Juan Goytisolo hicieron en sus viajes a principios de la década de los sesenta por la provincia y que ilustraron algunas ediciones de Campos de Níjar. Una donación que empezamos a tramitar hace un año ya y que, con este corto artículo, informo en primicia. Un regalo que el gran escritor le hizo a él y que él sintió que debería custodiarse en este tierra. En poco más de un mes esperamos tenerlo aquí para presentar la edición que la Universidad de Almería ha hecho con el CAF de este gran libro hoy considerado uno de los mejores relatos de viaje jamás escrito en nuestra lengua.
Retos
Ahora a él le esperan muchos retos para enmendar el mal hacer que la gestión en cultura ha tenido en estos últimos años, retos tan importantes como luchar por los derechos de los artistas frente a este mundo digital que esquilma su supervivencia, retos como el de bajar el IVA que hace irrespirable desarrollar muchas disciplinas, retos como situar a la cultura en los planes educativos, así como dignificar nuestro patrimonio y ponerlo en el valor que le corresponde; pero también se debe enfrentar con valentía a ampliar los límites y mirar de frente a problemáticas como la de la tauromaquia y derogar lo que la convirtió en un bien cultural y entender que la tortura de seres inocentes no es ni puede ser nunca cultura.
Va a ser sin duda durísimo pues los de siempre no dejan de tener el poder que su situación económica privilegiada les otorga. Va a ser duro pero todos confiamos que su prudencia, su buen hacer y sus valores sean los que dirijan los debates que tantos reclamamos para avanzar en la construcción de un país más digno donde no nos tengamos que avergonzar de unas tradiciones que ya no podemos soportar como país avanzado que queremos ser.
Una nueva sensibilidad ante este y otros temas están esperando a alguien valiente y decidido como él o como Teresa Rivero, la actual ministra de Medio Ambiente, que ya se ha pronunciado al respecto con una valentía y claridad que es lo que los ciudadanos reclamamos. El camino va a ser difícil pues se enfrenta a la desidia institucional de las política culturales anteriores y a los poderes fácticos con intereses de todo tipo que no quieren que nada se mueva. Sin embargo, cuenta con el apoyo de prácticamente todo el sector de la cultura que desde ayer está celebrando que sea el más valioso el que ostente este puesto, de la misma forma que cuenta con el apoyo de la gente más joven que quiere volver a confiar en lo que la política les puede ofrecer. Y es que la política debería ser el ejercicio más valorado por nuestra sociedad.
En un mundo con valores los mejores deberían ser los que ocupen los puestos de responsabilidad en el ejercicio de escuchar y representar a las personas. Pepe es el mejor y sabrá honrar como nadie el puesto que va a desempeñar tanto por ser alguien sobradamente preparado como ser ante todo una persona con valores y humildad para dialogar y hacer que la cultura sea el bien más preciado de una sociedad.