Localidad de la provincia de Almería, situada en una montaña calcárea llamada antiguamente "Manchiagate" y en la actualidad "Los Callares", al Sur de Sierra Nevada. Su altitud geodésica es de 917 metros sobre el nivel del mar y su superficie es de casi cuarenta y dos metros cuadrados. Béires dicta unos cincuenta y cinco kilómetros de la capital y limita al Norte con Abrucena y Fiñana, al Sur con Almócita y Padules, al Este con Ohanes y Canjáyar y a la misma distancia, por el Oeste, con el término de Fondón y la orilla del río Andarax. 

Beires, el balcón de la Alpujarra Almeriense

Sus pequeñas casas, limpias y encaladas, contrastan con los alrededores del municipio, el cuál se encuentra sembrado por una abundante vegetación y, según su último censo, no cuenta con más de 150 habitantes. Posee unas vistas sumamente agradables, pintorescas, ya que se halla rodeado de árboles de distintas especies frutales y flores de todas las clases entre las casas, pues antiguamente rara era la que no tenía huerto.

A sus espléndidas imágenes que nos puede proporcionar un paseo por Beires, tenemos que sumar la panorámica que nos ofrece, desde la Sierra de Gádor al Cabo de Gata, contempladas desde la plaza de la iglesia, situada en el extremo oeste. Haciendo un recorrido, podemos encontrar fuentes monolíticas de granito, terminadas en grandes bolas que se asemejan a la munición que antiguamente se utilizaba en las catapultas. 

El Castillo de los Moros

El llamado Castillo de los Moros, una enigmática fortificación de origen andalusí, continúa siendo uno de los vestigios históricos más sugestivos de la Alpujarra almeriense. Aunque su fecha exacta de construcción sigue sin estar clara, los especialistas la sitúan de forma aproximada en el siglo XIII.

Según los estudios disponibles, este enclave ejerció un papel clave como puesto militar y como centro administrativo encargado de la gestión de concesiones territoriales y recaudación de impuestos durante el reinado de Abd-alá de Granada.

Clasificado dentro de los llamados castillos roqueros, la fortificación se levantaba sobre un promontorio que permitía dominar visualmente las antiguas alquerías de Beires, Almócita y Padules, lo que le otorgaba un evidente valor estratégico. Hoy apenas persisten algunos restos dispersos, pero su relevancia histórica llevó a que fuese declarado Bien de Interés Cultural en 1993.

Iglesia de San Juan Bautista y San Roque

La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista y a San Roque, fechada en el siglo XVII y construida por Pedro de Cerezuela. Este edificio presenta una cruz latina con muros de mampostería y detalles de ladrillo, se comenzó a principios de noviembre de 1679 y consta de una sola nave. 

En 1782 se le hizo un crucero y se colocaron tres altares, entre los que destaca el dedicado a San Roque, patrón, y tras los cuales podemos observar un hermoso retablo en el que se inserta un lienzo del descendimiento de Jesucristo pintado por el célebre Alonso Cano, quién lo regaló a Beires.