La Voz de Almeria

Turismo Rural

El pueblo fantasma de Almería desde 1969: enclavado en yeso blanco entre los barrancos de Sorbas

En pleno corazón del Parque Natural del Karst en Yesos de Sorbas se esconde Marchalico Viñicas. Sus casas de dos plantas, aún en pie, se mezclan con el singular paisaje de yesos blancos

Marchalico Viñicas

Marchalico ViñicasLA VOZ DE ALMERÍA

Trinidad Rodríguez Fernández
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Hasta hace tan solo unas décadas, la minería en el Levante Almeriense era una de las actividades de mayor relevancia en el conjunto de esta zona de la provincia. Este es el caso de la aldea abandonada de El Marchalico de las Viñicas, en el corazón del Parque Natural del Karst en Yesos de Sorbas, uno de los sistemas geológicos más singulares de Europa.

Por su fácil acceso, nada más salir de la Autovía del Mediterráneo (A-7), una pista de tierra de un kilómetro y medio dirige al peregrino a la mismísima entrada del pueblo. Sorprende la arquitectura del poblado, puesto que todas sus edificaciones están construidas con yeso: piedras de yeso unidas con mortero de yeso, y en los interiores escayolas por supuesto, también, de este mineral de gran pureza.

El esplendor de Marchalico Viñicas: la agricultura

Marchalico Viñicas fue durante siglos una aldea de agricultores y pastores. Sus edificaciones, construidas con piedra, yeso y teja árabe y siempre tenían una o dos alturas, se apiñaban sobre una loma que domina el valle. En el censo de 1864, que es el primero en el que aparece la población, constan ocho casas: seis de planta baja y dos de dos plantas. 

Marchalico Viñicas

Marchalico ViñicasArchivo

En los años de mayor esplendor llegó a tener una escuela rural, una pequeña iglesia y una plaza donde los vecinos celebraban fiestas patronales y reuniones. La principal fuente de trabajo era la agricultura, una actividad que dependía estrechamente del agua. Los cultivos más comunes eran las hortalizas, los frutales, los olivos y los cereales.

Y he aquí la nota discordante. Si bien el agua no era agradable para beber —pues tenía un sabor muy amargo—, resultaba excelente para el riego, que se realizaba mediante acequias de tierra o de yeso, y también se utilizaba para cocinar gachas.

El abandono de la aldea, marcado por la Guerra Civil

El abandono del Marchalico de las Viñicas estuvo estrechamente ligado a los acontecimientos de la Guerra Civil, una época recordada con profundo temor: miedo constante, saqueos y hombres que partían al frente sin regresar jamás. 

Durante la dictadura también se vivieron momentos trágicos, como el fusilamiento de varios jóvenes de ideología izquierdista del Marchalico junto a la Venta de la Viuda de Sorbas, además de otros que fueron encarcelados.

Marchalico Viñicas

Marchalico ViñicasArchivo

Con el paso del tiempo, y especialmente en la posguerra, la población del pueblo fue disminuyendo. Muchos vecinos se trasladaron a localidades cercanas —como Turre, La Huelga, La Herrería o Los Gallardos—, mientras que otros buscaron un futuro mejor emigrando a Cataluña o a Francia.

tracking