Un ave fénix en la Alpujarra: los vecinos encuentran el antídoto al olvido a base de arte y memoria
La Asociación Acerobo impulsa talleres de agricultura ecológica, biodanza, conciertos de música y exposiciones de arte para revitalizar La Alquería

Vista de La Alquería: un vergel alpujarreño.
Cuando paseas por sus calles, casi sin asfaltar, rugosas e imperfectas, llenas de recovecos y grandes arboledas que regalan sombra, serpenteando entre cuestas que suben y bajan, tienes la sensación de haber viajado en el tiempo.
La Alquería, una pequeña pedanía abderitana en la baja Alpujarra almeriense, parecía condenada al olvido. Casas vacías, campos abandonados y una población que envejecía con pocas esperanzas de futuro, amenazaban con hacer desaparecer no solo a sus gentes sino también su identidad.
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Un renacer con alas de cultura y raíces de tierra
Sin embargo, este rincón alpujarreño ha resurgido con la fuerza de un ave fénix, renaciendo con alas de cultura, raíces de tierra y el impulso inquebrantable de sus vecinos, especialmente de las mujeres del pueblo.
Hubo un tiempo en que La Alquería se apagaba. El éxodo rural, la pérdida de servicios y el avance imparable de la agricultura intensiva bajo plástico parecían sentenciar su destino. Pero el alma de esta tierra, en especial la de sus vecinas, hizo del quedarse un acto de amor y resistencia. No se salvaron con grandes inversiones ni planes de fuera, sino con manos propias, con memoria recuperada y con una idea clara: aquí, vivir también es crear.

Vista de La Alquería: un vergel alpujarreño.
Acerobo: motor cultural y social de La Alquería
En el corazón de este renacer está Acerobo, la asociación más joven del barrio pero también la más dinámica, fundada en 2010. Pese a sus quince años, Acerobo se ha convertido en el motor cultural y social que ha hecho latir de nuevo a La Alquería.
Su programación es amplia y diversa: desde talleres ecológicos que recuperan los oficios agrícolas tradicionales —como el desgranijo del maíz, la siembra de patatas o el cultivo de habichuelas—, hasta terapias de yoga y biodanza que nutren el cuerpo y el espíritu. Los conciertos de músicos y cantantes de talla internacional se combinan con exposiciones de arte contemporáneo, danza, y eventos donde la comunidad se reúne para celebrar sus raíces y crear nuevos vínculos. Talleres de pintura, música, y escritura, así como actividades intergeneracionales, fomentan la participación activa de jóvenes y mayores.

Conciertos en la Asociación Acerobo.
José Antonio Pérez, presidente de Acerobo, explica con pasión: “Aquí todos tenemos cabida, queremos que nuestra asociación sea un espacio abierto donde coja todo tipo de iniciativas, no tenemos cuotas, solo buscamos gente con ganas que quiera colaborar”. José Antonio añade que sus socios —entre 20 y 30, llegados de diferentes puntos de la provincia, desde El Ejido, Almería capital e incluso la costa de Granada como Albuñol— son amigos que apoyan y creen en este proyecto común.
Para Acerobo, la poesía de Victoria Cuenca Gnecco refleja a la perfección el sentir de la asociación y de La Alquería. En sus versos, se capta la agonía, el anhelo y la esperanza de un pueblo que quiere renacer y recuperar su identidad con amor y compromiso.

La poesía de Victoria Cuenca, engalana una de las calles de La Alquería.
La Alquería no vive solo del arte: su esencia está también en la memoria campesina. En sus calles aún se desgrana maíz como antaño, se cultivan patatas, habichuelas o tirabeques siguiendo los saberes heredados de los abuelos, y se enciende el horno comunal para cocer pan en jornadas que son tanto culinarias como afectivas. Estos oficios tradicionales no se guardan en vitrinas, se practican y se transmiten gracias, entre otros, a los talleres intergeneracionales que Acerobo impulsa, manteniendo viva la historia y la identidad del pueblo.
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Un hito que simboliza la innovación ligada al territorio es la creación del único Punto Vuela en todo el municipio de Adra. Este espacio digital, gestionado por la comunidad, abre puertas a la formación, la conexión virtual y la realización de trámites, derribando la brecha digital y reforzando el acceso a derechos básicos en un entorno rural.

Punto Vuela en La Alquería.
En La Alquería cada rincón cuenta una historia, una herencia que Acerobo y las demás asociaciones —la Asociación de Moros y Cristianos, la Asociación de la Tercera Edad, y Alquería Llena de Vida— trabajan por proteger y difundir.
Hoy, La Alquería es un modelo de cultura como forma de vida, de participación ciudadana y de arte como herramienta para reconstruir no solo fachadas, sino vínculos y sueños. No es un milagro, sino el fruto de años de trabajo paciente, cariño y compromiso colectivo.
Como el ave fénix que la inspira, La Alquería no ha sido salvada: se ha salvado a sí misma. Con trabajo, poesía y vecinas que no se rinden.