El pueblo más desconocido de la Alpujarra Almeriense y que preside una torre de reloj
En el siglo XII destacaba por su ubicación estratégica como alquería entre el río Nacimiento y el acceso a Guadix

Una torre de reloj visible desde todo el municipio.
El pueblo más pequeño de la Alpujarra Almeriense con solo 138 habitantes es, posiblemente, también el más desconocido.
Tiene apenas una docena de calles, presididas por una torre de reloj que se eleva en el punto más alto y domina, desde esa privilegiada, posición, este pequeño entramado urbano, sirviendo como referencia diaria a sus vecinos.
Y es que, a diferencia de otras torres con propósito defensivo, esta cumplía con la función principal que se le presupone a un reloj: la de, única y exclusivamente, dar la hora.
Su construcción tuvo lugar en el siglo XIX, cuando todavía la organización del día a día dependía de la observación de las sombras o relojes solares. En esta época, solamente unas pocas personas con cierto poder adquisitivo podían permitirse el lujo de disponer de reloj propio, por lo que la incorporación de relojes públicos, como el de esta torre, simbolizó el avance hacia una sociedad más estructurada.
Situado entre Alhabia y Santa Cruz de Marchena se esconde el pequeño municipio de Alsodux. El nombre del pueblo proviene del árabe ‘al-sadis’ o ‘sodux’, términos relacionados con el número seis, en referencia a su posición en la antigua taha de Marchena, de la que formó parte durante el periodo nazarí, si bien algunos expertos cuestionan esta teoría. A lo largo de los siglos, su nombre ha ido derivando en otros como Sodu, Zodux o El Sodux, hasta alcanzar su forma actual.
Los primeros registros de Alsodux aparecen en el siglo XII, cuando el geógrafo Idrisi destacó su ubicación estratégica como alquería entre el río Nacimiento y el acceso a Guadix. Tras la conquista cristiana en el siglo XV, siguió habitado por moriscos hasta su expulsión en 1570, para ser repoblada posteriormente con unos pocos cristianos de otros puntos de Andalucía y España.
Como testimonio de su historia, la antigua mezquita fue transformada en iglesia parroquial de estilo mudéjar, dedicada a Nuestra Señora de Asunción, conservando elementos arquitectónicos que recuerdan su pasado islámico, como la armadura de madera de limabordón y una puerta con alfiz.
La ermita de las Ánimas, reconstruida en el siglo XIX más cerca de la población tras una riada, o la fuente-lavadero, que mantiene gran parte de su estructura original, son otros dos de los elementos más destacados de esta pequeña localidad alpujarreña.