Un pequeño pueblo almeriense guarda las últimas playas de Andalucía. Su historia está marcada por la tradición marinera, la defensa del litoral y un entorno natural privilegiado. Su identidad se ha mantenido con el paso de los siglos, convirtiéndolo en un rincón especial donde el Mediterráneo se muestra en todo su esplendor.

A lo largo de su historia, esta localidad ha sido testigo de numerosos episodios. En el siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, se construyó una fortaleza para defender la costa de los ataques de piratas berberiscos. Este castillo, situado sobre un promontorio rocoso, se convirtió en un punto estratégico de vigilancia y protección del litoral.

Perteneciente al término municipal de Pulpí, San Juan de los Terreros marca la frontera costera entre Andalucía y la Región de Murcia. Frente a sus costas emergen dos pequeños islotes volcánicos que forman el Monumento Natural Isla de Terreros-Isla Negra, un paraje protegido de gran valor ecológico.

Conocido por su entorno natural privilegiado, entre sus playas destaca la de los Cocedores, en la línea que separa a andaluces y murcianos. Sus formaciones rocosas erosionadas por el mar y el viento crean un paisaje singular, donde antaño se refugiaban los esparteros y trabajadores del mar. 

También cuenta con calas de gran belleza como Cala Panizo y Cala del Invencible, donde se puede disfrutar de aguas cristalinas y un ambiente relajado.

San Juan de los Terreros ha pasado de ser un pequeño asentamiento marinero a un destino turístico cada vez más popular. En las últimas décadas, la construcción de nuevas urbanizaciones ha atraído a numerosos visitantes y residentes, convirtiéndolo en un lugar con una oferta turística en crecimiento, y donde en los meses de verano la población experimenta un espectacular aumento.

Además, su proximidad con la Geoda de Pulpí, a apenas 5 kilómetros y poco menos de 10 minutos en coche, convierten a esta zona de San Juan de los Terreros y Pilar de Jaravía en el foco turístico más importante del municipio pulpileño.