Aunque llevaba más de una década jubilado, muchos aún le recuerdan con cariño. Su último destino fue como párroco de Gádor, de donde se fue recibiendo el Escudo de Oro de la Villa. Catorce años después de aquella despedida, el sacerdote de la Diócesis Juan Romero Guirado ha fallecido "tras un periodo de enfermedad", tal y como lo anunciaba en la noche del viernes, 31 de enero, el Obispado de Almería a través de su web.

El velatorio se celebró en la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila, lugar de residencia durante los últimos años del sacerdote almeriense, y la misa se ha celebrado en la mañana de este sábado, 1 de febrero, en la Catedral de Almería.

"Juan Romero Guirado fue un sacerdote entregado y servicial, con una incansable labor pastoral, especialmente en la Casa de Nazaret. Su testimonio de fe y su predicación sobre la misericordia de Dios dejan una huella profunda en la comunidad diocesana", explican desde la Diócesis de Almería.

Nacido en el municipio almeriense de Vélez Rubio en 1934, Juan Romero Guirado daba su primera misa en 1963, en la Capilla de las Hermanitas de los Ancianos de Almería capital. Su primer destino como sacerdote fue Vélez Blanco, donde ejerció de coadjutor y capellán de las religiosas destinadas en este municipio del norte de la provincia.

De Vélez Blanco, Romero Guirado fue trasladado a Santa María de Nieva, con residencia en Huércal Overa y atención a las Hermanitas de los Ancianos. También fue párroco de Abla y de Laujar de Andarax, encargándose también de la atención pastoral de las comunidades existentes en los pueblos de la zona.

En 1986, fue nombrado párroco de. Más tarde, estuvo en la parroquia de Santa María de Albox y fue el capellán del Santuario Diocesano de la Virgen del Saliente, la 'pequeñica', además de arcipreste del Almanzora. Sus últimos años en activo como sacerdote los pasó como párroco de Gádor, donde estuvo desde 2003 hasta su jubilación en el año 2011. Una cena multitudinaria en la que el entonces alcalde de Gádor, Eugenio Gonzálvez, le entregó el Escudo de Oro de la Villa, fue el broche a una trayectoria pastoral que, en realidad, nunca acabó para Juan Guirado. Descanse en paz.