Poemas y recuerdos para Valente
La librería Zebras organizó en la noche del martes un homenaje a José Ángel Valente, en el 15º aniversario de su fallecimiento en Ginebra

Un momento del acto junto a Zebras.
Fue, como deben ser los foros que organizan las buenas librerías, una reunión para los amantes de la literatura en su sentido mas amplio. Para gente a la que los libros, sus párrafos, sus versos, sus historias, les han ayudado a vivir este mundo casi con la naturalidad fisiológica de un órgano interno, que enumeran los títulos entre los eventos que han vivido, y a los autores entre los amigos con los que han conversado. Gente como José Ángel Valente, en definitiva.
Porque el acto era, en su planteamiento, una suerte de reunión de varios de los amigos que el escritor y poeta gallego tuvo y dejó en Almería, la tierra que escogió para vivir y poner su mesa de trabajo. Pero se fue ampliando, y al final de la tarde del martes la plaza Balneario San Miguel terminó congregando a muchas personas que libremente se sumaron al homenaje.
Organizado por la librería Zebras, la actividad comenzó al filo de las 20:30 horas, cuando el calor comenzaba a aflojar su garra, y se extendió hasta ya entrada la noche y un fresco reparador.
Presentados por el escritor y periodista Miguel Naveros, en el improvisado atril formado por una mesa fueron tomando el micrófono hasta diez personas. Algunos traían libros y apuntes, otros recuerdos y anécdotas. El tema era uno: recordar a José Ángel Valente, la forma era libre, al igual que el tiempo.
Comenzó la dramaturga Isabel Díaz, que intervino varias veces durante la velada para leer poemas del homenajeado. A continuación tomó la palabra el escritor José Andújar, buen conocedor de la vida y obra de Valente. “Su escritura siempre jugó continuamente con suslímites”, reflexionó. “La narración, la temporalidad, los espacios emocionales, lo visible, lo invisible... Es una escritura que establece fronteras, pero no solo para cruzarlas, sino para entrar y salir por ellas”.
Entonces tomó la palabra Matilde Sánchez Imberlón. Amiga personal de Valente junto a su esposo, el fotógrafo Manuel Falces, fotógrafa ella misma, con sus palabras dio vida a uno de los momentos mas emotivos de la noche. Su relato fue personal, de vivencia. Contó cómo trabajaba el poeta, la colaboración con Falces, que produjo tres libros, sus conversaciones, sus paseos por el Parque Natural.
Luego intervino del pintor cubano Enrique Demetrio, y a continuación llegó el escritor Juan Herrezuelo y también leyó varios poemas. Entonces tomó el micrófono el también escritor Antonio Lafarque, quien abundó sobre las razones, tanto personales como artísticas, que habían llevado a José Ángel Valente a escoger Almería para radicar su centro creativo y vital.
Le siguió la escritora María Jesús Orbegozo, quien desgranó su interés por el poeta, también del norte como ella (“ no gallega, pero vasca”, señaló, “y también he llegado al sur y conocido este Mediterráneo”), fundamentalmente por su relación teórica e intelectual con premisas como el modernismo, y las influencias que recibió “de dos grandes poetas, Miguel de Unamuno y Luis Crenuda”.
Le siguieron el poeta Raúl Quinto, y Silvia Belén Segura. Y para concluir, la escritora María del Mar Verdejo abrió ante los presentes sus recuerdos personales de juventud, de aquél día que conoció al poeta reivindicando la conservación del Parque Natural, la naturaleza de esta tierra en la que tuvo amigos.