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Diego Bravo, guardia civil auxiliar, presentador y promotor cultural

La otra cara del empresario del mundo del espectáculo

Diego Bravo.

Diego Bravo.La Voz

José Ángel Pérez
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José Ángel Pérez

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Diego González Bravo, 'artísticamente' Diego Bravo, empresario del mundo del espectáculo, nació en Cuevas del Almanzora el 19 de julio de 1966. El público le recuerda en un pasado cercano como ex periodista radiofónico y televisión, convertido actualmente desde hace unos años en promotor cultural, programando a numerosos artistas de la categoría de David Bisbal, Chuck Berry, Estopa, Montserrat Caballé, etc., desde La Fura dels Baus a la Orquesta Nacional de Cuba. No para.

Para llegar hasta aquí ha pasado por multitud de facetas que han marcado una vida intensa y apasionante, pero claro, todos tenemos un pasado. ¿Verdad, Bravo?

Finalizado el bachiller superior, mis primeros pasos profesionales los hice como guardia civil auxiliar. Un año y medio, incluyendo el periodo de formación en la Academia de la Guardia Civil de Baeza, donde medité, cada día, si ese sería mi futuro. Al final, muy a mi pesar, porque me apasionaba el trabajo, decidí probar otras oportunidades, por aquel entonces inciertas, pero que formaban parte de mis sueños de niño como era la radio.

O sea que no es cierto lo que se dice que usted no siguió en la Benemérita porque tenía los pies planos.

Jajaja, no, no es cierto. Hasta los 35 años seguí pensando con volver a la Guardia Civil, era la edad límite. Pero la vida me abrió otras puertas que me apasionaban, y la oportunidad de disfrutar del sueño de ponerme tras un micrófono y contar historias… me hizo centrarme en ello durante casi 30 años.

A usted le oí decir una vez en la radio que es una persona tímida, pero que las circunstancias le hicieron vencer esa timidez.

Es verdad. Lo soy. Además, creo que un gran tímido que se disfrazó de comunicador para sacar historias que de otra forma nunca habría contado. En realidad, me comunico mejor con un micrófono delante que sin él. También es verdad que, desde niño, facetas como la música, en mi familia hay tradición musical, yo con ocho años tocaba la armónica y la batería, y me abrió un mundo que me permitió mezclarme y comunicarme maquillando esa timidez.

¿De pequeño a qué no le gustaba jugar?

De pequeño no me gustaba el fútbol. En mi casa, otro de mis juegos cotidianos era poner música que acompañaba aporreando una batería que me trajeron los Reyes. La música siempre ha estado presente en mi vida.

Su aventura en la radio tuvo un 'perverso' inductor. Nada más y nada menos que el genial Jesús Quintero…

Quite, quite, no había día que no llegase tarde al instituto. Por la noche no me dormía hasta que no terminaba 'El loco de la colina' y aunque a veces muchas cosas no las entendía, sus monólogos me apasionaban. En aquella onda media difícil de sintonizar, me desvelaba cada noche con la radio en la mesita de noche buscando sus palabras y sus silencios que, sin duda, me marcaron.

Me cuentan que no era raro verle a usted en los carnavales disfrazado de Jesús Quintero…

Je,je... No siempre. ¡Yo era un poco extravagante y siempre estaba en algún sitio donde hubiera música por medio organizando y presentando fiestas en la discoteca Boncalo! ¡¡Qué tiempos!! Disfrazarme me he disfrazado y he disfrutado de esta faceta muchísimo.

Y no pasa mucho tiempo en debutar en las ondas tirándose treinta años de su vida contándole historias al personal.

Radio Indalo de Mojácar fue la primera emisora en la que trabajé, era alegal y me sorprendió porque hasta me pagaban. Luego con unos socios montamos Radio Sol en Cuevas del Almanzora. Esta fue la ventana que me abrió sin duda, las puertas al mundo de la radio profesional.

¿Es más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo?Perdonar es fácil, forma parte de mi manera de ser, incluso, pedir perdón. Pero solo lo reservo para los amigos. Con los enemigos no merece ni tan siquiera perder el tiempo en considerarlos como para eso.


Incluso hubo un momento en que sin saberlo ninguno de los dos fuimos compañeros en Radio Nacional de España.

Cierto, cierto. Durante un tiempo estuve colaborando con la emisora estatal difundiendo información de la comarca, hasta que un bien día en 1991 me encontré con Fernando Berruezo dueño de Radio Almanzora y me fui con él siendo ahí donde me formé como locutor todoterreno, hasta el año 2000.

Se viene a Almería y se pone al frente de los micrófonos de la Cadena SER y ante las cámaras de Localia TV.

En el 2000 llegué a la SER de Almería, y comencé a liderar un proyecto televisivo en las noches de Localia TV. El primer programa que presenté fue una entrevista exclusiva a David Bisbal. Recuerdo especialmente aquellos programas nocturnos en la Feria de Almería y por supuesto mí paso por Interalmería.

La comunicación le absorbe y en su cabeza surge una idea que le entusiasma persiguiendo un sueño. 

En 2006, a pesar de seguir en la radio y televisión, creo una empresa dedicada al mundo de la cultura. Hoy, 18 años después, ese sueño personal me está permitiendo recorrer, con la música de varios artistas a los que represento, casi la totalidad de nuestro país, además de haber trabajado con algunos de estos artistas en América, Portugal, Italia y Gibraltar.

¿A usted quién lo lio para meterse en política? Su padre fue funcionario municipal y usted concejal en su pueblo.

Mi padre no me lo habría permitido. No llevaría bien esta locura. En verdad me dejé liar en una de tantas veces que me habían ofrecido esta posibilidad. Imagino que esto es culpa de las vacunas del COVID, je je.


¿Usted cómo ve que haya casas sin gente y gente sin casa?

VIvimos en un mundo injusto en el que la política -pienso a título personal- crea problemas para después solucionarlos, como el pirómano que se mete a bombero. Se pierde demasiado tiempo prometiendo lo que luego no se cumple. Soy partidario de que nos enseñen a pescar, no de que nos den el pescado. La gente necesita oportunidades, y sobre todo igualdad de oportunidades. Es complicado en un mundo en el que se fomenta la división entre unos y otros.

En este mundo tan convulso que estamos viviendo, ¿a quién le gustaría ver en el infierno?

Lo que me gustaría es que no fuese necesario el infierno. Pero a la vista del mundo en que vivimos enviaría a pasar calor un largo tiempo a los que promueven las guerras, a los que matan, a los que violan, a los que trafican con la vida de las personas o venden la droga que acaba con los sueños de muchísimos jóvenes y de sus familias.

Una curiosidad. ¿Usted cómo pierde el tiempo si es que le queda? 

No tengo tiempo para aburrirme. No puedo estarme quieto. O es por motivos profesionales, o personales, o -simplemente- a veces la parte creativa me lleva a trabajar diseñando nuevos sueños, dando forma a cosas que me llenan espiritualmente.

A bote pronto, que somos humanos… Dígame una cursilada.

Sigo siendo un niño, a la vista está, ja ja ja ja.

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