Decenas de miles de niños mueren cada año en el continente aficano a causa de enfermedades que se pueden prevenir con éxito por unos pocos euros. La situación es especialmente dramática en Burkina Faso, que acapara la mitad de las muertes de niños menores de cinco años ocurridas en el mundo durante el último año causadas por malaria, neumonía diarrea y SIDA”.

Esa es la realidad y reducir los tremendos datos de mortalidad es el objetivo que se han marcado la Fundación Cajamar y la organización humanitaria Médicusmundi para el próximo año, un convenio de colaboración que ayer hicieron público y que buscará entre los clientes de la entidad recursos suficientes para abordar una campaña en las zonas más desfavorecidas.

Mosquiteras con insecticida

Una de las medidas preventivas a las que se destinarán las aportaciones logradas por Cajamar, barata pero muy efectiva, es la instalación de mosquiteras impregnadas de insecticida que se colocan sobre las camas de los menores. Guillermo Verdejo, vicepresidente para Andalucía de la ONG Médicusmundi, asegura que se trata de un sistema que ha demostrado su eficacia “porque con esas mosquiteras evitamos el contagio y, en consecuencia, evitamos las muertes”.

Los datos que aportaron el propio Verdejo y la directora de Desarrollo Social y Cultural de la Fundación Cajamar, Marcela Orozco, son contundentes y dramáticos, porque cada año mueren en el mundo más de cinco millones de niños antes de cumplir los cinco años, y otros tres millones fallecen nada más nacer. Otro drama: cada minuto mueren dos niños en África a causa de la malaria, que se puede prevenir sólo colocando las mosquiteras.

A partir de ahora la Fundación Cajamar y la organización Médicusmundi buscarán la solidaridad de los clientes de Cajamar para que aporten ese imprescindible granito de arena que separa a cientos de miles de niños de la muerte. Los trabajadores de Cajamar ya han hecho su aportación y suman 35.000 euros que se irán directamente a salvar vidas.

Bajo el título de “Malaria: Si tú quieres, tú puedes” se pretende avanzar camino hacia el objetivo final, marcado para 2015, de erradicar casi por completo la enfermedad. Según Marcela Orozco, este es el proyecto de mayor envergadura apoyado hasta el momento por la Fundación Cajamar ya que tiene como beneficiarios a más de 260.000 niños.