Este Almería, a diferencia de la pasada temporada, tiene fondo de armario para competir al máximo en una Segunda División que se hace muy larga con 42 jornadas súper exigentes, donde la igualdad es tremenda tanto en la clasificación como en el terreno de juego. Rubi ha conectado a todos y todos se sienten protagonistas en la plantilla donde titulares y suplentes parece que tienen el mismo papel, el mismo rol. De hecho, cada alineación del Almería es una caja de sorpresas y nadie acierta el once rojiblanco en cada jornada en el Campeonato Nacional de Liga en Segunda División. 

Los que van en el once del Almería están muy motivados, pero es que los que salen desde el banquillo no suelen fallar y aportan al equipo todo lo que tienen. El ejemplo más cercano es el partido del pasado domingo en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante el Castellón con Adrián Embarba, Arnau Puigmal, Gui Guedes, Selvi Clua y Thalys aportando y ayudando para conseguir la victoria.

El ambiente que se ha creado  desde la etapa de la pretemporada en el vestuario rojiblanco es fantástico y todos se sienten protagonistas y todos quieren jugar en un Almería donde la ilusión es enorme para conseguir el objetivo del ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional.

El entrenador catalán del equipo rojiblanco tiene a todos los futbolistas enchufados para la causa. El grupo rojiblanco es solidario y con unas ganas tremendas para alcanzar el sueño del ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. 

Hay imágenes que dicen muchas cosas. La fotografía del fenómeno Juan Sánchez, que acompaña esta información con el argentino Lucas Robertone feliz y sonriendo con sus compañeros en el banquillo, habla del 'estado de salud' del grupo que se ha formado en este Almería que lleva seis jornadas sin perder en Segunda División, donde ha sumado 14 puntos de los últimos 18 y tres victorias seguidas en un Estadio de los Juegos Mediterráneos que poco a poco se va convirtiendo en un fortín de verdad.