Tiene 77 años y una carrera deportiva intachable. Es la conexión con el fútbol de antes. Desde los tiempos del campo de Las Chocillas. Los inicios de la Agrupación Deportiva Almería. Su traspaso sonado de Tercera a Primera con el Real Oviedo y su vuelta a casa para ascender con Maguregui a la categoría que por calidad le pertenecía. Antes que los hermanos José y Salva Sevilla dieran a la villa de Berja todo su esplendor como grandes ‘peloteros’, estaba Maxi para abrir la veda de virgitanos de Primera. Un futbolista total que se hizo famoso por su marcaje a Johan Cruyff: lo dejó seco en el Camp Nou.

Aplaudí mucho a Maxi por los campos de tierra y he seguido su carrera: toda ella como aficionado ya que cuando comenzaba mi etapa informativa solo jugaba con los veteranos y recuerdo haber estado junto a él en el campo en un partido de Navidad en el Mediterráneo: pura calidad. Se llama José Antonio Rodríguez Callejón y le decían Maxi porque su padre y su hermano se llamaban Maximino. Estaba caliente el Club Deportivo Almería que había ‘muerto’ como antes otros y no había club representativo. Los niños del barrio de Los Ángeles íbamos siempre a Las Chocillas a ver los partidos y allí lo conocí.

Luego saltaba a la AD Almería con la unión de tres clubes: Arenas, Pavía y Plus Ultra y subía desde Regional a Tercera y una fría tarde de invierno en un partido de Copa del Rey ante un Real Oviedo de Primera, lo bordó y pasó de Tercera a la élite. Su fichaje hizo mucho ruido en la ciudad y dejaba su huella en la máxima categoría. Regresó a casa para un ascenso y dos años en la élite y acabó en la plantilla de la última AD Almería sin cobrar un duro como la mayoría de sus compañeros. Cuatro temporadas en Primera son su mejor aval con dos clubes distintos.

¡Vamos Maxi! Coreaban en Las Chocillas

Los partidos eran por la mañana y había vuelto Juan Rojas del Calvo Sotelo de Puertollano y era el entrenador un vasco llamado Santiago Errazquín. Los carteles de los partidos en los bares y autobuses anunciaban partidos en el campo de La Salle, cuando todos llamábamos Las Chocillas a un recinto pequeñito donde jugaba el Plus Ultra. Con tres monedas de 5 duros podías ver una Regional Preferente de categoría y pasártelo bien porque allí no ganaba nadie, salvo el equipo blanco.

Yo iba a ver a Juan Goros porque jugaba en su misma posición y me acuerdo que había dos Zapatas, uno portero y el otro lateral. Maxi era centrocampista y arriba jugaban tres ‘leones’ para el gol: Rojas, Penno y Goros. Eran más, pero en mi memoria de aficionado salen estos. Cuando la cosa se ponía fea había un seguidor debajo de los eucaliptos que decía ¡Vamos Maxi! Y se encendía el campo y marcaba el Plus Ultra.

Una eliminatoria de Copa cambiaba su vida

Maxi mutaba con los mejores de Las Chocillas a un nuevo equipo que se formaba en el despacho de Paco Góngora por unión de Plus Ultra, Pavía y Arenas. Bautizado como Agrupación Deportiva Almería era entrenado por Errazquín y no tardó en salir de la Regional Preferente para competir en Tercera División y buscar la Segunda. Seguía siendo Maxi centrocampista en ese equipo y cuando no jugaba Rojas (pocas veces) lucía el brazalete de capitán como el mítico Goros.

Desde la 1971-72 a la 73-74 no cambiaba de club ni falta le hacía porque su presidente Ángel Martínez, pagaba bien. Con Ben Barek de entrenador aquella última Liga de Maxi el Almería tenía un equipazo y peleaba con el Decano la única plaza de ascenso directo. Segundos en la clasificación iban eliminando rivales. Caían Marbella de Tercera y Linares de Segunda para tocarle el Real Oviedo. El partido de ida se jugó un frío 9 de enero de 1974 a las 3, 30 de la tarde y Almería entera se paró. Ese día Maxi fue el mejor y Sabino Barinaga, entrenador del Oviedo se lo pidió a su club.

Le eterna polémica de un traspaso

Los primeros contactos para que el Real Oviedo se llevara a Maxi se hicieron tras el partido y se iba a aprovechar el viaje del Almería a Asturias para cerrar la operación y que se quedará allí. Caía en el Tartiere por 4-1 el equipo rojiblanco y no regresaba su mejor jugador en la eliminatoria. Era miércoles y el domingo siguiente debutaba en el Estadio Insular con la camiseta azul. Aquel Oviedo luchaba por la permanencia y a renglón seguido su estreno ante su nueva afición y jugando en su posición de medio volante como se solía decir.

La visita del Real Oviedo al Camp Nou era esperada por los asturianos de Cataluña para animar al equipo carbayón. Aquel Barça había fichado a Johan Cruyff que reinaba a sus anchas por los campos debido a su calidad y lo dejaba seco un almeriense. Mientras esto sucedía la pregunta en Almería era cuanto dinero había ganado el presidente del Almería con el traspaso. Ángel Martínez no ganó dinero con el fútbol y mucho en la construcción pero la crítica feroz era implacable.

Vuelta para ascender a su Almería

La temporada 1978-79 acabado el contrato con el Real Oviedo el club de su ciudad había subido a Segunda de la mano de Enrique Alés y había firmado José María Maguregui de entrenador que no tardaba un instante en llamar a Maxi para su proyecto. Con el entrenador vasco llegó a competir de central diestro y lateral izquierdo porque le daba con las dos piernas. Se decía que era por la edad cuando estaba pletórico y fue para aprovechar las prestaciones de Ricardo Martínez que le cerraba el paso en la medular.

La temporada del ascenso a Primera fue determinante el concurso de Maxi como las dos siguientes en Primera siendo un fijo para Maguregui y no tanto para Arsenio Iglesias, hasta que se impuso la lógica y acababa jugando el virgitano por su enorme calidad y fuerza. Fueron 7 temporadas con la camiseta del Almería y 5 con el Real Oviedo. Una carrera intachable dejando todo por los campos como buen profesional. El hijo de Maximino era un futbolista honrado.

La pena de enterrar el club de su vida

Mucho se ha hablado del dinero que ganó en el fútbol pero en aquel tiempo solo los grande pagaban buenos contratos. Su carrera le daba para vivir bien y unos ahorros, pero tuvo que trabajar cuando colgaba las botas. No hizo fortuna y nadie se preguntó por el dinero que le dejaron a deber en su Almería cuando se ponían los cimientos de una nueva temporada que no arrancó ya que desaparecía para siempre la Agrupación Deportiva y no cobró lo que le debían ni lo que había firmado. Era ya veterano para nuevas aventuras y enterrar al club de su vida le llevó a colgar las botas.

Almería no cuida a sus leyendas

No pregunten si volvió al club de su ciudad porque le pasaba como a tantas leyendas que nacidas dentro o fuera de nuestra tierra han sido olvidadas y descuidadas. Nadie lo llamaba para aportar sus experiencias y ni tiene una calle ni una puerta en el Mediterráneo. Por sacar algo positivo acabó su etapa laboral en el Patronato Municipal de Deportes, pero nada que ver con el fútbol. Aquellos Almerías de Maxi forman parte de nuestras vidas y el hijo de Maximino puede estar orgulloso de todo lo que ha dado a un fútbol que ha sido su vida. Como decían en Las Chocillas ¡Vamos Maxi!