Calidad para neutralizar el error. El Almería empezó previsible y acabó dominando a una Real Sociedad B que, como el Albacete en la primera jornada, aprovechó al máximo las concesiones rojiblancas. En otro partido de raza, típico de la categoría, esta vez la moneda cayó de canto y los dos se conformaron con un punto.

A bote pronto los donostiarras lo ven como negativo al desaprovechar dos ventajas en el marcador, pero por otro lado el Almería se hizo dueño del partido en cuanto Rubi metió dinamita, calidad y determinación para cambiar un ataque lento y previsible en la toma de decisiones en campo rival.

Arribas vivió ese momento único e inolvidable de la paternidad y llegó el mismo día del choque a San Sebastián. Fue suplente. También Baptistao, tras el duro golpe sufrido en León. Y por último, Embarba y Guedes. Cuatro cambios de Rubi para hacer un duelo largo con la Real Sociedad B. Mientras llega Aridane Hernández en defensa y Thalys Henrique en ataque, el Almería va tirando -y casi siempre bien- con lo que tiene.

Control sin peligro

El guion iba por el carril adecuado porque no ocurría nada en las áreas, con un Almería acercándose más pero con el problema de la lentitud en la circulación más decisiones incorrectas a la hora de perfilar la acción ofensiva. Un error doble desequilibraría la balanza pasada la media hora.

Lopy sale jugando con Luna dentro del área; el lateral pierde la pelota y comete un penalti clarísimo sobre Arkaitz. Más demérito rojiblanco que acierto realista. Andrés Fernández casi evita el gol del atacante local.

Oportunismo ante la falta de claridad

Melamed, Soko, Lázaro y Arnau no lograban conectar con regularidad ni darle vértigo al ataque. Seguía siendo previsible, lento en ocasiones. De un rechace Nico cazaba una pelota en el área y la situaba lejos de Fraga para igualar. Error de uno y error de otro: empate.

Le cuesta al Almería defender los centros laterales. Subió su rendimiento en León y un despiste saliendo de un córner acaba con Gorka Carrera rematando entre Luna y Chumi. El plan de Rubi volvía a caerse. Dos veces por debajo en el marcador. O reaccionabas o te hundías.

El banquillo acierta y responde

Y el entrenador movió ficha acertando con la calidad. Los elegidos dieron otro aire, en especial Horta y Embarba. Aumentaron la velocidad, la precisión y el peligro en las inmediaciones del área local. A ellos se sumaron Arribas y Baptistao para que la Real Sociedad B se negara a atacar salvo en alguna transición esporádica. El Almería fue el Almería en la última media hora y pudo hasta ganar.

Baptistao perdonó, no Embarba. Golazo a la escuadra de un futbolista al que la Segunda se le queda pequeña. Y no solo fue el gol, sino el aceptar la suplencia cuando venía de dos jornadas llevando el peso ofensivo del equipo. El equipo pasó de ser previsible a rozar una gran remontada en Anoeta.

Punto para seguir invicto

Cinco puntos de nueve y la sensación de que el Almería lo sigue haciendo todo en el campo: tanto lo bueno como lo malo. Y el banquillo suma más que resta. La actitud y la calidad neutraliza los dos mazazos de la Real Sociedad B y los rojiblancos continúan invictos en la Liga.

El punto de la constancia y el no rendirse. Hay días en los que el fútbol te pone a prueba y debes resistir para sumar si no puedes ganar.